Las semanas pasaron, los shows eran cada vez más agotadores, y yo me sentía cada vez más cansada, sobre todo porque hacía bastante que no hablaba con Joel, él me llamaba a diario, aunque yo nunca lo cogiese, y me hablaba a diario también, pero yo siempre contestaba que estaba ocupada, nada más lejos de la realidad, pero, aun así, aún estaba huyendo de la responsabilidad de tener que decirle que estaba embarazada. No era una noticia que pudiese decirse sin más, y menos a él, menos después de todo lo que había pasado entre nosotros.Esa noche, justo después de llegar al hotel, decidí coger su llamada cuando la hizo, estaba tan cansada, tan triste, y le echaba tanto de menos, que me fue imposible volver a desviarla.¿Cómo te fue el día? – preguntó entusiasmado al escuchar mi voz – yo tuve un d&ia
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