Un lejano pitido irrumpió en escena, un horrible sonido que se intensificaba más y más a cada segundo que pasaba.
Me aferraba a aquella escena con uñas y dientes, a nuestro reencuentro, a nuestro beso de reconciliación. Pero una parte de mí sabía que era lo que estaba sucediendo, una parte de mí quería despertar y apagar el despertador que ya estaba empezando a agobiarme, una parte de mí estaba segura de que todo aquello no era más que un sueño.
Abrí los ojos, de mala gana, agarrando el despertador con desgana, apagándolo cansada, para luego volverme hacia el otro lado, totalmente destrozada, porque había ansiado con toda mi alma que aquel sueño fuese real, que él volviese a mí, que él…
Todo había terminado entre nosotros, y tenía que hacerme a la idea de ello, eso era todo.
Me levant&eacut
Detuvo sus besos, chocando su frente con la mía, con la respiración agitada, intentando pensar con claridad que era lo que estábamos haciendo, mientras yo me obligaba a mí misma a mantener los ojos cerrados, aterrada que al abrirlos todo aquello no fuese más que un sueño.No te vayas – rogué, haciendo que él apretase mis caderas con las suyas, haciéndome abrir los ojos para mirarme – quédateNo quiero sólo acostarme contigo y que al terminar vuelvas a dejarme, Alicia – me explicaba, intentando hacerme comprender cuan le dolía todo aquello – lo que necesito de ti es mucho más que esto.Joel – insistí, mientras volvía a abalanzarme sobre sus labios, besándolos con aquella necesidad que irradiaba de mi cuerpo, agarrándome a sus homb
Todo había vuelto a su cauce, al fin estábamos juntos, aunque aún no lo habíamos hecho público. Creo que ambos teníamos miedo de la reacción de su hermano.Pronto debía empezar la universidad, quizás por eso estábamos aprovechando el tiempo libre que ambos teníamos para estar juntos.Como aquel día, que le esperaba en la puerta del hospital, pues acababa de terminar su turno y quería darle una sorpresa. Salió cansado mirando el móvil sin apenas darse cuenta de nada más.Me acerqué a él, con una enorme sonrisa en el rostro y me detuve frente a él, obligándolo a levantar la cabeza para mirar a la persona que no le dejaba seguir adelante, y entonces su ánimo cambió, dedicándome una gran sonrisa.Hey – me saludó, al mismo tiempo que yo me abalanzaba sobre
Cuando desperté al día siguiente estaba abrazada a él, y me había olvidado de todo, ni siquiera me acordaba de que tenía que ir al estudio. Tan sólo quería seguir allí, permanecer a su lado y disfrutar de su compañía un poco más.Acerqué mi nariz a su espalda e inhalé su embriagante perfume, era un olor a suave, un olor que sólo estaba en él, su olor era realmente increíble, y me hacía sonreír feliz como una colegiala. Tan sólo pensar en levantarme junto a él por el resto de mi vida ya me hacía feliz. Era la primera vez en mi vida en la que, realmente, me veía formando una familia con alguien, teniendo un futuro real. Aunque, estaba claro que aún quedaba mucho para eso.La alarma sonó, haciendo que él gruñese, molesto, alargando la mano, sin abrir los ojos siquie
Joel.Empecé la universidad esa semana, las clases eran de lo más interesantes y entretenidas, cosa que me sorprendió bastante. Echaba de menos la universidad más de lo que había pensado en un principio, y me hice con el campus en menos de dos semanas.Ella se marchó de gira y estuvo casi tan ocupada como yo, por lo que fue difícil que hablásemos, aunque eso no impedía que le diese los buenos días todas las mañanas, la saludase al medio día y la despidiese antes de irme a dormir. Quería saber todo de ella, quería que al menos estuviésemos en contacto por mensajería, pero era difícil para ambos, sobre todo después de haber pasado una semana tan de ensueño como la que habíamos pasado. La extrañaba cada día. Y había veces que ni siquiera me hablaba al despertar o al irs
Las semanas pasaron, los shows eran cada vez más agotadores, y yo me sentía cada vez más cansada, sobre todo porque hacía bastante que no hablaba con Joel, él me llamaba a diario, aunque yo nunca lo cogiese, y me hablaba a diario también, pero yo siempre contestaba que estaba ocupada, nada más lejos de la realidad, pero, aun así, aún estaba huyendo de la responsabilidad de tener que decirle que estaba embarazada. No era una noticia que pudiese decirse sin más, y menos a él, menos después de todo lo que había pasado entre nosotros.Esa noche, justo después de llegar al hotel, decidí coger su llamada cuando la hizo, estaba tan cansada, tan triste, y le echaba tanto de menos, que me fue imposible volver a desviarla.¿Cómo te fue el día? – preguntó entusiasmado al escuchar mi voz – yo tuve un d&ia
Mi mentira llegó a él como una venda a una herida de bala. Detuvo la hemorragia y ayudó a que el dolor se pasara. Su rostro se relajó tan pronto como escuchó aquellas palabras, pero tan pronto como comprendió lo que aquello realmente significaba, su rostro se tornó triste, al darse cuenta de la verdadera razón por la que no podíamos estar juntos.Yo, por el contrario, tan sólo podía derramar más y más lágrimas frente a él, odiándome a mí misma por la terrible noticia que acababa de darle, por haber mentido sobre ello, y por lo mucho que iba a echarle de menos si lo perdía. Pero no podía hacer nada más, ya me había quedado claro al ver su rostro. Él no podía tener un hijo en ese momento, y yo no podía perder a ese hijo. No había otra solución.Justo
No había vuelto a tener noticias de él. Los únicos que estaban ahí peleándose entre ellos por demostrarme que eran los mejores ejemplos de padre, eran Pablo y Miguel Ángel, y más justo después de enterarse de que estaba embarazada.Pablo había montado un gran escándalo en los medios, al decir en su cuenta de Twitter que había roto con su novia. Así que sus productores estaban bastante enfadados con él.En cuanto a Miguel Ángel había pausado sus negocios y me acompañaba a todas partes. A comprar la cuna del bebé, a decorar la habitación, a las ecografías, a las revisiones, y Pablo solía aparecer en cada uno de esos lugares para hacerse notar frente a mí. Yo en ese momento, lo cierto era que no tenía ganas de apartarlos, tan sólo quería tener apoyo, y ellos eran justo eso, algo
Joel cogió las maletas de él y de su hermano y entró en la casa, para luego seguirme hacia la planta de arriba, donde estaba la habitación de Pablo y Óscar, dónde había dos camas más.Mi abuela dice que podéis compartir la habitación con Pablo y Oscar – comencé, haciendo que él apretase los puños, molesto – o con el tío Julio, que siempre tiene problemas de estómago, sinceramente, prefiero dormir con Pablo que con el tío Julio – pero tan pronto como dije aquello, me di cuenta de que no había sido una buena idea.Ya – dijo, secamente, dejando las maletas sobre la cama – no sabía que Pablo estaría aquí.Mi abuela le ha invitado. Sólo se quedará hasta el sábado, porque tiene trabajo.