Me pasé el día recorriendo el barrio del que os hablé en el capítulo anterior, era sencillamente precioso, el ambiente, sus gentes, el estilo de las cafeterías y las calles abarrotadas de turismo, los vendedores ambulantes, los pintores a pie de calle vendiendo sus obras, incluso me dejé retratar por uno y le compré dicha pintura, que tenía un toque al estilo Van Gogh, muy bonito.Al llegar la hora de la comida, Borja me avisó de que la reunión se había alargado, y que almorzarían juntos, para luego terminar de cerrar los últimos puntos de esta. Así que me compré un par de bocadillos, y me marché en metro hacia el centro, para volver al mismo lugar en el que estuve el día anterior. Bordeé el Sena, cruzando por puentes realmente bellos, como el puente nuevo, el puente de las almas o Le pont neuf, mientras me comía los bocadillos y m
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