Los pancillos del castillo estaban desiertos, el viento pasaba a través de las ventanas y azotaba las cortinas rojas de terciopelo. Las puertas estaban cerradas, lo que significaba que todos estaban durmiendo. De vez en cuando, entre los pacillos se escuchaba el paso lento de los vigilantes que protegían el castillo de Armond, en la ciudad de Gosh, en el planeta siete, el planeta de los siebras, ubicado en la galaxia neutra. Era de madrugada cuando una misteriosa presencia apareció de pronto dentro de los pacillos del desierto castillo. Estaba envuelta en una capa negra y encapuchada, no podía verse su rostro, tanto la oscuridad como la capa lo impedían. Pero estaba un poco abierta y podía vislumbrarse su atuendo. Llevaba un pantalón rojo ajustado y una especie de corsé rojo también ajustado al cuerpo, las botas rojas eran de tacón de aguja. Estuvo caminando con lentitud para evitar hacer ruido, luego se detuvo frente a un pacillo que tenía dos caminos, uno hacia la
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