Había pasado dos días desde que Èliàn y Neithan salieran de Mila y se dirigieran a Noha, una ciudad artificial ubicada en los límites de la galaxia Ols, donde se encuentra Shainy, a tres años luz de la vía láctea.
Élián se encontraba en su habitación, había estado viviendo en la casa de Neithan durante largo tiempo. Años antes vivía con su nana en la ciudad, pero ella desapareció y Élián no pudo regresar a la casa que había estado compartiendo con ella y tras perder el rastro de su madre decidió apoyarse en Neithan y mudarse con él. Shainy estaba casi desierto debido a los daños que recibió tras la invasión. Como muchos planetas atacados por El Emperador, perdió su capacidad casi total de sostener vida. Las pocas personas que lo habitaban debían mantenerse con mascarillas y bombas de oxígeno.
Su habitación era beige, tenía un balcón y unos grandes ventanales, tenía una cama grande y dos mesas pequeñas a los lados, también de color beige, las lámparas que alumbraban la habitación tenían la forma de una lágrima y estaban apostadas en las paredes, la puerta que daba al balcón se encontraba del lado derecho de la cama y la entrada en frente. Del lado izquierdo, cerca de la cama había un sofá beige y detrás, a un lado de la puerta del balcón, había una peinadora. Al otro lado de la puerta del balcón había una entrada, la del baño. Las puertas del balcón eran de vidrio y las cortinas, que también eran beige, estaban cerradas y se levantaban por el viento. Élián estaba sentada en el balcón, y los pies los tenía sobre las sillas que se encontraban ahí.
La puerta de su habitación se abrió, Neithan entró y ella no se dio cuenta de su presencia. El muchacho la miró durante un momento y luego cerró la puerta y fue hacia ella.
- ¿Dónde estuviste? - La muchacha se sobresaltó cuando lo escuchó, Neithan salió al balcón y se apoyó sobre el muro donde ella estaba sentada. – Disculpa no quise asustarte.
- No te preocupes. Es solo que no te escuché entrar. – Élián volvió la mirada de nuevo hacia el paisaje.
- Dijiste que fuiste a La Tierra. ¿Qué no era una leyenda? ¿Realmente existe? - Èliàn le sonrió.
- ¿La Tierra? Claro que es real. Se encuentra en la vía láctea. – su capa y su espada estaban sobre la cama. – a tres años luz de aquí aproximadamente. Es una galaxia casi deshabitada, sólo en La Tierra hay humanos.
- Humanos. – Hizo un silbido de sorpresa. – Y ¿Qué humanos son? Shaining, o siebras.
- No. – Dijo ella. – Son humanos terrestres, humanos nativos de allá No son como los de aquí. Se asemejan mucho a los shaining, y también a los Drake. – Ella lo miró. – ah, y había drakens ahí.
Neithan se sorprendió más aún y la miró.
- ¿Drakens? ¿En la vía láctea? Pero, ¿Qué hacían ahí? Ellos habían desaparecido del planeta. De Drake, ellos murieron. ¿No?
- Así era. – Dijo – Al menos era lo que pensábamos. – Volvió a mirar hacia el cielo. – En realidad huyeron tras el ataque de Mordana a Drake. Desaparecieron, no dejaron rastros y se ocultaron en La Tierra con el único propósito de no perder sus reliquias
- Lo imagino. – el muchacho miró hacia la ciudad. – los Drakens no son guerreros en realidad.
Èliàn rió.
- Te sorprenderías de lo que son capases los Drakens. Bueno. Los que reencarnaron. Es una historia larga pero realmente tuvieron que convertirse en guerreros.
- ¿A que te refieres? – Le preguntó Neithan con curiosidad. Ella lo miró.
- Alanna estaba ahí.
- ¿La hechicera? – Dijo el muchacho sorprendido. - ¿La viste? ¿Sigue viva después de tanto tiempo?
Èliàn rio con nostalgia y asintió.
- Hacía tiempo que no la veía. – La muchacha se bajó del balcón y fue hacia su habitación, luego se sentó en la cama, Neithan fue hacia el sofá. – Evolucionaron, se ocultaron entre los humanos de la tierra. Pero no todos murieron. Meithlan tuvo dos hijos y uno de ellos lo mató.
- ¿Su hijo? – Dijo el muchacho sorprendido. – Pero los Drakens no… no son… así… como fue posible que el hijo de Meithlan lo matara.
- Tengo entendido que fue su hijo menor. Su nombre era Mot. Él no supo de su existencia hasta que volvió con el anillo de la madre de Ruth. Que también murió en manos de su hermano.
- ¿Ese tal Mot, destruyó a toda la raza Drake?
- No. Al igual que Ruth, Mot también tuvo hijos. – Èliàn rió. – Grandes hechiceros. De su hija menor aprendí el ojo azul.
- Lo que le hiciste a los felinos.
- Si. – Dijo la muchacha riendo. – Ella estuvo en contra de lo que hacía su padre, pero no pudo enfrentarlo sola. Aunque fuera muy poderosa, él la superaba. La otra si estaba a su favor., estaba loca. Y también tuvo un hijo varón. Y esto va a sorprenderte aún más.
- ¿Por qué lo dices? Que hay de malo en tener un hijo varón.
Èlián rió.
- No es sólo eso. Resulta que es hijo de un dragón.
- El hijo de Meithlan estuvo con un dragón. Nunca pensé que lo harían.
- No era lo común en realidad. También estaba Anny.
- ¿Tu prima? – dijo el muchacho más sorprendido aún. – La hija de Mordana en la tierra. Interesante. ¿Qué hacía ahí?
Élián rió.
- Esta es la mejor parte de todo. – La muchacha se levantó de la cama y comenzó a revisar su capa. De esta sacó dos rocas, una negra muy grande que parecía estar hecha de otras más pequeñas y una azul de cristal color azul.
Neithan se levantó sorprendido y miró las rocas que la muchacha tenía en sus manos.
- Esas son…
- Las reliquias de Drake y siete. – Ella rió. – La pirámide de cristal y los Subyac.
- ¿Cómo las obtuviste?
Ella se las entregó a Neithan.
- La pirámide de cristal estaba en manos de Alanna. Ni Anny ni Mot lo sabían. Los Subyac estaban en manos de Anny en un principio. Tengo entendido que cuando los hicieron dormir los Subyac se dispersaron por toda la tierra y abrió los portales hacia el mundo deshabitado de Drake.
Neithan miraba las rocas con algo de curiosidad.
- ¿Por qué no intentaron encontrarnos? – luego miró a la muchacha. - ¿Por qué no buscaron ayuda?
- Supongo que pensaron que podrían vencerlo, sólo que no contaban con la aparición de los Subyac.
- Ellos se los llevaron.
- Si. – Dijo la muchacha – Aunque en realidad los Subyac estaban ocultos en Shainy. Aún no se como pudo Mot encontrarlos desde La Tierra. Habían perdido contacto con esta galaxia.
Neithan puso las reliquias sobre la cama y comenzó a caminar de un lado a otro.
- ¿Quién cuidaba los Subyac en Shainy?
Èliàn iba a responder pero reflexionó durante unos segundos. Luego miró a Neithan.
- Mordana.
- ¿Mordana? – Neithan se detuvo y la miró sorprendido.
- Si. – Ahora era ella la que caminaba de un lado a otro. – Mordana era la sacerdotisa del templo de Shainy. Los Subyac estaban ahí por petición de Drake. Pero… – miró a Neithan. - ¿Cómo se conocieron? Mot y Mordana.
- No entiendo que relación podía haber entre Mot y Mordana. – Neithan reflexionaba y ella no decía nada. – Creo que hay algo más en todo esto. Alguien más. Para que Mot pudiera tener contacto con Mordana debía existir un medio.
- Mmm…. ¿Los Subyac?
Neithan negó con la cabeza.
- No. No lo creo. – Dijo. - Es algo más. Los Subyac estaban en el templo pero… - Neithan se interrumpió. Luego la miró. - ¿Cuándo obtuvo Mot los Subyac?
- No lo se.
- ¿Cuánto tiempo tienen el La Tierra?
- Pues, por lo que me dijo Alanna, según los años terrestres deben tener un siglo o casi dos.
- En esta galaxia serían… - Èlián le interrumpió.
- Algunos años antes del ataque de Shainy – La muchacha reflexionaba sobre las palabras de Neithan. – Cuando descubrieron a Mordana. – Afirmó.
- El día en que se llevaron los Subyac.
- Te estas acercando princesa. – Dijo alguien, Èliàn y Neithan se volvieron, Neithan puso la mano en la empuñadura de su espada y Élián tomó la de ella de la cama. Un hombre vestido de amarillo estaba frente a ellos.
- ¿Tú? – Dijo Neithan sorprendido.
- ¿Cómo llegaste hasta aquí? – Preguntó Èliàn sorprendida.
- Eso no importa, se irá ahora mismo de aquí.
Èliàn quiso detenerlo, pero no tuvo tiempo. El muchacho se abalanzó sobre el hombre, pero no llegó a tocarlo, quedó suspendido en el aire y luego cayó a un lado.
- No vine a pelear – Dijo el guerrero de fuego.
- Eres un traidor – dijo Neithan, Èliàn fue a ayudarlo a levantarse. – Shainy cayó por tu culpa eres igual que Mordana.
- No exactamente. – dijo, dio unos pasos para que le diera la luz. El hombre estaba vestido de negro y tenía los ojos amarillos, como los gatos, su cabello era rubio y llevaba puesto un sobre todo negro. – pero no viene hasta aquí para hablar de lo que hice o dije antes.
- ¿Sucedió algo? – Preguntó Èliàn.
- Supongo que sabes que los Subyac llegaron a la tierra por Mordana.
- Si. – dijo la muchacha. – Misteriosamente mantuvo contacto con Mot.
- Los Subyac no estaban destinados para Mot. – Dijo el caballero de fuego – sino para Anny.
- ¿Por qué? – Preguntó Neithan. – Hasta donde se esas rocas pertenecían a los Draken no a los Shaining. Estuvieron al cuidado de Shainy porque Drake así lo dispuso. Si hablamos de razas, le pertenecen a Mot más que a Anny.
- Actuaba bajo sus órdenes. – Dijo Èliàn.
- Anny fingió actuar bajo las órdenes de Mot. – Dijo el caballero de fuego. – Tuvo que hacerlo o de lo contrario Mot arruinaría los planes de Mordana.
- Entonces los Subyac debían estar en la tierra. – dijo Èliàn.
- En la vía láctea, aunque no tenía que ser en La Tierra – concluyó el caballero de fuego.
- Eso significa que El Emperador aún no ha conquistado el universo
- ¿El Emperador? – Preguntó Èliàn con curiosidad. - ¿De quien estás hablando? – Aunque ella pensaba que no era la primera vez que había escuchado hablar de él.
- Cuando te fuiste, comenzaron a revelarse cosas increíbles. Bueno, en realidad, yo me di cuenta de eso después de tu partida, tengo entendido que todo comenzó a vislumbrarse después de que Èhlian desapareciera con el medallón.
- ¿Cosas como que?
- El Emperador había muerto, supongo que eso lo sabes.
- Es precisamente por eso que me parece extraño que digas que El Emperador quiere el gobierno del universo. Es absurdo si está muerto.
- No lo entiendes. – Dijo el muchacho. – Nadie se había puesto a pensar en la figura de El Emperador. Nadie supo quien lo suplantó.
- ¿Suplantarlo? ¿Puede hacerse eso?
- Con el ataque de Mordana, nadie pensó en El Emperador. Hasta unos días después, cuando comenzaron a llegar noticias de las galaxias cercanas.
“Fue por eso que descubrimos que los planes que se estaban llevando a cabo no eran creados por Mordana sino por alguien más. Su energía comenzó a sentirse por la galaxia.”
“A donde fueras, su presencia es permanente hasta hoy. Nadie puede ocultarse de su mirada. Puedes sentir su presencia en cualquier lugar. Aunque lo intentes, es imposible huir.”
Èliàn no apartó la vista de Neithan, parecía reflexionar sobre sus palabras.
- He escuchado eso antes. No es la primera vez que alguien me habla de esa sensación. Pero estoy segura que no fue aquí.
- Anny lo dijo. – Dijo el caballero. – Ella te habló de El Emperador.
- Es cierto. – Dijo Èliàn. – ahora lo recuerdo. – Miró a Neithan. – Ella lo dijo después de que la pirámide inca cayera sobre nosotros.
- ¿Qué pirámide? – Preguntó Neithan.
- Yo estaba luchando con Mot, y Cutyub no quería irse sin mí. – Miró al caballero de fuego. – Ella mató a Mot y después habló de El Emperador. Al menos de lo que podía sentirse con su presencia.
- Creo que tienes la información que necesitabas princesa. – dijo el caballero de fuego y comenzó a caminar hacia el balcón. – Debes conocer la ubicación de las reliquias que ella no tiene y cuales son las que están bajo su poder.
- Aún no comprendo para que quiere las reliquias. ¿Qué puede ganar con ellas? Ya ha destruido gran parte del universo. – Dijo Èliàn.
- Las reliquias son una protección entre todas las galaxias. Es lo que evita la entrada de El Emperador en los planetas. – Dijo el caballero, se volvió y miró a los dos muchachos. – Si Mordana obtiene las reliquias y se las da al Emperador, este podrá entrar a los planetas y todos estaríamos en un grave peligro.
- Espera. – Dijo Èliàn. - ¿Cómo sabremos que reliquias tiene Mordana y cuales no?
El caballero de fuego la miró de nuevo.
- Tienes un navegador. El de tu madre. – le sonrió. – Ella no lo dejó en tus manos sólo por ser suyo.
- No lo comprendo.
- Lo usaste para buscar los Subyac en la tierra.
- Si, estaba programado para eso.
El caballero de fuego rió.
- No es la única reliquia perdida Èliàn. – Le dijo y comenzó a caminar de nuevo hacia el balcón – el navegador no está programado sólo para los Subyac.
La muchacha se sorprendió.
- ¿Ella sabía donde estaban? – Él siguió caminando sin responder. - ¿Lo sabía?
Antes de llegar al balcón desapareció.
- Se desvaneció. – Dijo Neithan.
La muchacha suspiró.
- Si, se desvaneció. – Se dio la vuelta y Neithan estaba justo frente a ella.
- ¿Qué haremos entonces? – Le preguntó.
- Supongo que buscarlas.
- Y ¿Cuándo quieres comenzar?
- Bien. – Dijo ella y fue hacia las rocas que estaban sobre su cama. – Lo primordial es ocultar estas. No podemos permitir que Mordana las obtenga.
- Las llevaremos con nosotros entonces.
- ¿Irás conmigo?
Neithan rió.
- ¿Por qué no?
Ella rió.
- No pensé que lo harías. – Rió de nuevo y lo besó en la mejilla. – entonces busquemos donde guardarlas y luego veremos cuando nos iremos. – La muchacha volvió a ponerlas en la cama y fue hacia su closet, frente a la cama, lo abrió comenzó a buscar algo entre las cosas.
- ¿Qué estas buscando? – Le preguntó Neithan.
- El navegador. Lo guardé cuando regresé.
- ¿Estuviste aquí?
- Si. – se volvió, ya tenía el navegador en sus manos. – Por eso supe donde estabas. – Le sonrió.
- Fuiste a Mila por mí. - Ella rio, pero no dijo nada. - Bueno. Eso podemos hacerlo mañana. – Le tendió la mano a la muchacha. - ¿Comemos?
- Es una excelente idea. – Ella le dio la mano y los dos salieron de la habitación.
- ¿Cómo llegaste a la vía láctea? Habían pasado tres días desde la repentina visita del caballero de fuego. Neithan y Èliàn se encontraban en la sala de mando de una nave y la ella había entregado el navegador a Neithan para conectarlo a la nave y tener más alcance para rastrear las reliquias. En ese momento Èliàn estaba empacando lo que llevarían en el transbordador para estar preparados para el momento que les toque descender. - Por las reliquias. – Dijo Èliàn. Una vez terminar con la tarea que se asignó, fue a sentarse junto a Neithan. – Hasta que no tuve contacto con Alanna, no sabía que estaban ahí. El navegador dejó de emitir señal alguna en cuanto visualicé la tierra. - ¿Y por qué entraste entonces? - Porque la señal del navegador me había llevado hasta ahí. Después de eso descubrí que había Drakens y eso me desvió. La presencia de Mirjana y los portales fue muy poderosa. Hacía mucho que no sentía una energía tan grande como esa. - ¿Hab
Èliàn caminaba hacia su cama distraída, pensando en todo lo que había hablado con Sula. De pronto sonrió, estaba feliz de poder ver la tumba de su madre. Siempre había querido ir a su lugar de descanso y llevarle flores. Imaginaba que era un lugar bonito, lleno de paz y de olores relajantes En cuanto llegó a la celda que le fue asignada se sentó en la cama sin percatarse de la presencia de Neithan. - ¿Y ahora tú? ¿Todo bien? – Le preguntó Neithan a la muchacha en cuento ella llegó a la celda donde dormirían. – Andas en las nubes. - Si. – Dijo la muchacha sonriendo y entregándole la caja de madera. – Sólo pensaba. - ¿En que pensabas? – Preguntó Neithan recibiendo la caja, pero sin siquiera prestarle atención. - ¿Qué te dijo Sula? - Que el medallón no se encuentra aquí. Sólo mi madre conocía su exacta ubicación y no se lo dijo a nadie. - ¿Por eso estás feliz? – Ella se encogió de hombros - Entonces ¿Qué es lo que hay aquí? – Preguntó Nei
- ¿Qué sucede? – Preguntó Sula sorprendida al verla sola. – ¿Donde están los demás?Èliàn había vuelto después del enfrentamiento con Olar.- Tienen a Neithan. – la muchacha miró a Sula. – No me dijiste que Olar era un roulan.- No lo creí importante. – Dijo Sula. – Neithan debe estar en el salón del trono.- Vengo de ahí.- No si venías del primero.Èliàn la miró.- ¿Cuántos tronos hay aquí? – Sula se tapó la cara y luego la miró.- Supongo que se encontraban en el primero. – Dijo Sula. – Bien, el segundo se encuentra arriba. Es el de Olar. Él piensa que nadie conoce sobre su existencia. Es ahí donde tiene la llave. Es donde debe tener a Neithan.- Debo seguir subiendo entonces.- Si. &nd
Había pasado una semana desde que Èliàn y Neithan obtuvieran la llave de oro de Niana. Colocaron las reliquias que ya tenían en una habitación de la nave especialmente preparada para contenerlas. Para el momento Élián se encontraba en su habitación acostada mirando hacia el techo, recordando el momento en el que se encontraba en El Jardín visitando a su madre.Pasará mucho tiempo antes de que yo pueda volver a Niana. – Susurró para sí con un suspiro. De pronto Neithan tocó a su puerta con desespero.Encontramos otra reliquia.Élián se levantó con rapidez de la cama y lo siguió hasta la sala de control de la nave. Era bastante amplia, tenía un tablero de controles frente a la entrada que abarcaba todo el frente de la nave, dos sillas colocadas frente al tablero y dos detrás sólidamente colocadas en el sue
E La Tierra. El único planeta con vida en el Sistema Solar de la Vía Láctea. Durante el apogeo de la civilización Inca los habitantes del planeta Drake de la Galaxia Neutra fueron atacados al borde de la extinción, por lo que tuvieron que huir y ocultarse y mezclarse entre los Incas. Muchos años más tarde, después de la caída de este magnífico imperio resurge Mot y la hija de Mordana, atacan a los drakens que reencarnaron en La Tierra con el propósito de conseguir los Subyac, pero no es sino hasta la llegada de Élián a La Tierra que se conoce la verdadera importancia de las rocas de Drake. Jessica y Edward acababan de llegar al mirador, bajaron del vehículo y se sentaron a admirar la ciudad desde el ocaso, hacían tres días que habían regresado de España. - Hacía tiempo que no venía este lugar – Dijo Jessica sentándose en un banco frente al carro. - La última vez que vine aquí fue con Clair, - Dijo Edward sentándose a
A la mañana siguiente después del desayuno, Èliàn se encontraba en la habitación analizando las palabras del enano del día anterior. Neithan estaba con Swan conociendo el aspecto de los cristales e informándose los obstáculos que tendrían que superar para lograr conseguir las reliquias de los cuatro planetas de Suarar.Élián tenía varias hojas de papel sobre la cama, eran los datos que ella y Neithan recaudado y cierta información que Swan le dio. También tomaba las coordenadas del navegador. Èliàn se levantó de la cama y comenzó a caminar de un lado a otro.- Sólo día y medio – Decía en susurros. – Día y medio para conseguir las reliquias. ¿Qué querías que hiciera mamá?Tomó el navegador y lo miró, en la pantalla se mostraban las coordenadas de los cu
Èliàn estaba en su habitación dentro de la nave, había pasado casi un mes desde que salieran de la galaxia Suarar con los cuatro cristales de los elementos, las reliquias de la galaxia Suarar. Un mes desde que viera morir a la única persona que conocía a su madre después de Sula. Élián se quedó en su cama observando los brazaletes de comunicación que usaban para comunicarse con Swan. Élián suspiró, luego colocó el brazalete en una de las mesitas junto a la cama y salió para reunirse con Neithan en la sala de control. Le preocupaba Neithan, en el enfrentamiento contra Mordana en Baco él había recibido un golpe en la cabeza y desde entonces le había estado doliendo. Pero antes de llegar escuchó el característico sonido del navegador indicando que estaban cerca de una reliquia. Aceleró el paso y cuando llegó a la sala de control lo encontró dormido en la silla. Ella se acercó al tablero y miró el navegador, luego levantó la mirada para saber en qué planeta se encontraban. Élián
Sólo dos veces había estado frente a ella y en esas dos veces había sentido su mirada cruel, y su voz, fría y monocorde retumbando en sus oídos. Ella le había dado órdenes expresas de capturar con vida a Èhlian y recuperar la reliquia de Shainy. Bajo su poder sólo tenía dos de las ocho reliquias que había obtenido después de la desaparición de su hermana. Ahora, con la perdida de la moneda de piedra, Mordana sabía que ella estaría furiosa y la castigaría.Hay nueve reliquias errantes y entre ellas el medallón que se había llevado Èhlian. Durante mucho tiempo intentó encontrar todas las reliquias que le faltaban, pero aún no tenía resultados y con la perdida de la moneda de piedra, las cosas se simplificaban para Mordana.Mordana daba vueltas en la cama sin poder dormir pues esa imagen seguía en su mente, cada v