Había pasado varios días desde que Èliàn y Jessica obtuvieron el espejo plateado, la reliquia de Saral. La pierna de Èliàn ya estaba curada, pero su hombro aún estaba vendado.
Jessica dormía apacible en su habitación y Èliàn miraba hacia la pantalla de la nave. Estaba sentada en la silla del piloto mirando fijamente hacia el frente, pensando y dejando que su mente divagara por otros lugares, otras personas. Pensaba en Neithan, en su madre, en Shainy. Suspiró con pesar. Mordana destruyó su planeta, los shainning estaban casi extintos gracias a ella. No le importó su madre ni su hermana, simplemente los atacó y los sepultó en vida. ¿Qué ganaba Mordana con eso? ¿A caso no se daba cuenta de que las promesas del Emperador son promesas vanas? No. No lo sabe, y Lìhan tampoco lo sabía. Ambos estaban ciegos de codicia y ambición.
- Me recuerdas a Neithan. – Dijo de pronto una voz
Èliàn se levantó de un salto y miró a todas partes con la mano sobre el arma.
- ¿
Èliàn. – Jessica tocó en la puerta de la habitación cuando dormía. Élián despertó con sobresalto por la exaltada insistencia de Jessica.Voy, voy. – Dijo levantándose con lentitud y tapándose la boca por un bostezo y caminó arrastrando los pies hacia la puerta y abrió. - ¿Qué sucede Jessica? – Le preguntó medio dormida.Hay otra reliquia en el radar.Otra… - Dijo en un susurro y se quedó en silencio mirándola sin reaccionar por un breve momento y de pronto su cerebro comenzó a trabajar con rapidez, abrió los ojos de la impresión, se estrujó la cara y las dos salieron corriendo en dirección a la sala de control. – Otra reliquia. – Susurró de nuevo mucho más despierta. Cuando llegaron, la pantalla mostraba la ubicación de la galaxia donde se en
Èliàn dormía apaciblemente sola en su habitación de Noha. Neithan abrió la puerta y se quedó de pie en la entrada observándola dormir con preocupación. Luego entró y cerró tras de sí y se sentó en un sillón que había junto a la cama. Al rato la puerta volvió a abrirse y en el umbral de la entrada se encontraba la mujer que había aparecido en Armond, la que había salvado a Èliàn de morir bajo la espada de La Emperatriz.- Aún no despierta. – Dijo Neithan en un susurro con preocupación. - Cuándo salimos de Armond estaba bien. No lo entiendo.- Ya despertará. Necesita descansar- ¿Cuándo? – Preguntó desesperado. – Ha estado inconsciente cuatro días.- Paciencia Neithan. – Le sonrió. – Y espera, – Volvió a salir de la habita
- ¿Qué se supone que haremos? – Preguntó Main algo desesperado a Edward, que caminaba a su lado. Ambos se encontraban en el refugio subterráneo, muy lejos de la ciudad. Los siebras habían llegado a toda Venezuela y ya habían invadido gran parte del mundo. Todo el planeta tierra estaba sumido en un terrible caos. Ellos se encontraban en Ciudad Bolívar. Tras la recuperación de Edward, habían ido a buscar sobrevivientes en el país y luego se propusieron buscar a Warren y a todos los demás que se encontraban fuera de Venezuela. Sólo faltaba buscar a Ely, que estaba perdida en los Estados Unidos tras la muerte de Juan. - No lo se. Si tuviera las respuestas te las daría. – Dijo Edward. Ambos caminaban por un pacillo con el suelo de mármol beige y negro. Las paredes eran de piedra y todo estaba iluminado por lámparas de gas y lámparas de gas. El pacillo no era muy ancho, pero ambos podían caminar uno junto al otro. Del lado derecho había varias puertas, eran las habitacione
- Mira. – Susurró Èliàn a Jessica. – Son prisioneros.Hacían tres días que habían llegado a la ciudad de Nueva York. Sara se había quedado con Warren, Rembrand y Nuara para mantener a los siebras a raya y evitar que siguieran invadiendo el refugio, y los demás habían ido en busca de Ely. Alanna había pautado un encuentro con Ricardo en la ciudad. En ese momento se encontraban en un muelle que parecía estar abandonado por las condiciones en las que se encontraba. Había muchos tanques dispersos por todo el lugar, el suelo, que era de madera, estaba completamente sucio y algunas partes tenían hoyos que dejaban ver el mar. Era de noche en los Estados Unidos cuando ellos llegaron al muelle. Estaban ocultos detrás de unos containeres.- ¿No dijiste que los siebras se habían ido? – Preguntó Jessica a Ricardo.- Claro
Durante muchos años se pensaba que la tierra era el centro del universo. Mucho tiempo después se descubrió que giraba en torno a una estrella gigante. Que, como ella, existen otros cuerpos celestes flotando alrededor de otras estrellas en otras galaxias en todo el universo. Pero el mundo de la tierra no era tan avanzado como otros. No se conocen seres extraterrestres y los indicios son más historias ficticias que reales. Pero lo que la Tierra no sabe es que no sólo en ella viven seres humanos. En otras galaxias existen otros humanos: seres que tiene cuatro extremidades, un tronco y una cabeza, aunque en apariencia con los humanos terrestres difieren en el rostro, el color de su piel, cabello u ojos. La existencia de los habitantes del mundo del dragón es un indicio de que hay vida fuera de la Tierra y sólo los Incas lo sabían, Los Drake se mantuvieron ocultos de miradas curiosas, no sólo dentro del
Los pancillos del castillo estaban desiertos, el viento pasaba a través de las ventanas y azotaba las cortinas rojas de terciopelo. Las puertas estaban cerradas, lo que significaba que todos estaban durmiendo. De vez en cuando, entre los pacillos se escuchaba el paso lento de los vigilantes que protegían el castillo de Armond, en la ciudad de Gosh, en el planeta siete, el planeta de los siebras, ubicado en la galaxia neutra. Era de madrugada cuando una misteriosa presencia apareció de pronto dentro de los pacillos del desierto castillo. Estaba envuelta en una capa negra y encapuchada, no podía verse su rostro, tanto la oscuridad como la capa lo impedían. Pero estaba un poco abierta y podía vislumbrarse su atuendo. Llevaba un pantalón rojo ajustado y una especie de corsé rojo también ajustado al cuerpo, las botas rojas eran de tacón de aguja. Estuvo caminando con lentitud para evitar hacer ruido, luego se detuvo frente a un pacillo que tenía dos caminos, uno hacia la
Había pasado dos días desde que Èliàn y Neithan salieran de Mila y se dirigieran a Noha, una ciudad artificial ubicada en los límites de la galaxia Ols, donde se encuentra Shainy, a tres años luz de la vía láctea. Élián se encontraba en su habitación, había estado viviendo en la casa de Neithan durante largo tiempo. Años antes vivía con su nana en la ciudad, pero ella desapareció y Élián no pudo regresar a la casa que había estado compartiendo con ella y tras perder el rastro de su madre decidió apoyarse en Neithan y mudarse con él. Shainy estaba casi desierto debido a los daños que recibió tras la invasión. Como muchos planetas atacados por El Emperador, perdió su capacidad casi total de sostener vida. Las pocas personas que lo habitaban debían mantenerse con mascarillas y bombas de oxígeno. Su habitación era beige, tenía un balcón y unos grandes ventanales, tenía una cama grande y dos mesas pequeñas a los lados, también de color beige, las lámparas que alumbraban l
- ¿Cómo llegaste a la vía láctea? Habían pasado tres días desde la repentina visita del caballero de fuego. Neithan y Èliàn se encontraban en la sala de mando de una nave y la ella había entregado el navegador a Neithan para conectarlo a la nave y tener más alcance para rastrear las reliquias. En ese momento Èliàn estaba empacando lo que llevarían en el transbordador para estar preparados para el momento que les toque descender. - Por las reliquias. – Dijo Èliàn. Una vez terminar con la tarea que se asignó, fue a sentarse junto a Neithan. – Hasta que no tuve contacto con Alanna, no sabía que estaban ahí. El navegador dejó de emitir señal alguna en cuanto visualicé la tierra. - ¿Y por qué entraste entonces? - Porque la señal del navegador me había llevado hasta ahí. Después de eso descubrí que había Drakens y eso me desvió. La presencia de Mirjana y los portales fue muy poderosa. Hacía mucho que no sentía una energía tan grande como esa. - ¿Hab