"¿Qué?", dice Aella enojada, "no me importa que sea el beta de la manada o lo que le dé la gana, ¡yo lo mato!". "Quieres calmarte", le pido, porque está demasiado iracunda para escuchar razones, tanto, que me está haciendo gruñir, lo que provoca un pequeño grito de Barbie, "si te diste cuenta, somos muy fieras y tal, pero aquí hay varios que quieren hacer lo mismo con nosotras". "Pero es que nos comparó con esos lobos apestosos", señala con un bufido de frustración. "Está hablando de que está buscando algo", trato de hacerla entrar en razón, pero la entiendo, porque esa comparación en particular es odiosa, considerando que los tipos querían abusar de Barbie y de mí. ―Entiendo que no sea tu favorita, Van, pero compararme con esos lobos asquerosos no solo resulta mala idea, sino que me hace replantearme si en verdad quiero reconciliar nuestras diferencias, porque, ¿en serio, Van? ¿me parezco a esos lobos repugnantes? ―le indico con una ceja levantada―pe
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