El encierro de su habitación era ameno. Caleb yacía frente a la computadora ojeando su perfil de F******k, veía fotos de sus compañeros y amigos, y algunos videos del partido, aunque no se detenía en ningún. Su único interés en abrir la red social era ver las publicaciones de Bruno, quien resultaba ser amante incondicional de la página, siempre publicaba fotos o videos de su día a día, y cambiaba constantemente su perfil. Caleb se preguntaba cómo podría actualizar tan seguido su f******k, si la mayor parte de su tiempo lo transcurría en el billar de Paco, pero, internamente, agradecía que supiera cómo organizar su horario persona y laboral, así mantenía esa pequeña ventana abierta para él, mientras conseguía el valor para acercarse. Está vez, como muchas otras, la atención de Caleb se concentraba en ese pequeño punto verde que le indicaba que Bruno estaba en línea, y una vez más, se debatía entre enviarle un mensaje o no. Tecleaba varias veces en su computadora, escribiendo palabras qu
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