Capítulo 22. Identidad
Sebastián Landers, qué podía decir de alguien como él. Hermoso, gentil, generoso y con una sonrisa de ángel. Si no fuera porque ahora estoy comprometida con el hombre que el día de ayer me encerró en una sala de estudio a inspeccionar mi anatomía, ya me hubiera subido al asiento de atrás con este hombre.Sin embargo, había algo que no me gustaba de él, solo un ligero detalle, casi mínimo, pero no podía ser ignorado, era perfecto. Nadie puede ser tan perfecto, solo genera desconfianza, solo me da un poco de miedo extra. Algo debe ocultar en sus ojos, en su sonrisa que brilla como el sol. No puede ser el mejor en todo, algo…“Edén, ¿sabías que Sebastián es un chef magnífico? Casi del mismo calibre de su padre, ¿recuerdas el pastel que te encantó la última vez que visitaste a nuestros padres?”Lo amo.
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