A medida que fueron pasando las semanas de diciembre, Borrel fue conversando más seguido con Luis Carlos. Pero, también hizo contacto con algunos excompañeros de la División de Homicidios y, lo que antes eran solo sospechas y datos aislados, se fue convirtiendo en evidencia de que efectivamente entre Rebeca y uno de los directivos de la institución existía una relación sentimental. Le informaron que algunos de sus antiguos jefes estaban enterados y que entre ellos fraguaron la conspiración en su contra para que les dejara el campo libre. Pero, todavía no tenía claro quien o quienes, hasta que llegó ese veinte de diciembre.Era el día de la fiesta de fin de año de la institución. Una vez habiendo averiguado el lugar donde se realizaría la recepción, Borrel viajó desde Córdova para llegar a la capital. Su pretexto del viaje, según dijo en la deleg
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