A pesar de estar ubicado lejos del centro de la ciudad, en una zona rodeada de densa vegetación, se pudo escuchar el sonido de las sirenas de los vehículos que se acercaron con la policía civil y militar con el fin de rescatar al prisionero y arrestar al secuestrador. Al escuchar el movimiento en torno al cautiverio y la voz del policía, a través de un sistema de sonido, anunciando el cerco policial, ordenándole que libere de inmediato a la periodista Inés, descontrolada emocionalmente y actuando aún más violentamente contra la víctima. "¡Maldita sea, ese viejo bastardo me entregó a la policía!" dijo, apuntando con el arma en dirección a Camila que estaba rogando por su vida "Por favor, amigo mío, detén esta locura de una vez por todas, déjame ir y evita lo peor" "¡Cállate, no me digas qué hacer!" "Solo estoy tratando de hacerte volver a la razón, estás molesto, completamente asustado" "¡Te lo dije, cállate!" Afuera, el policía
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