La puerta de la pastelería se abrió por un momento cuando él entró al lugar con el rostro tenso, bebiendo de un gran vaso de café con leche. Dentro del lugar no se podía sentir la fuerza con la que las bajas temperaturas golpeaban la ciudad, congelando los ríos de la ciudad. El hombre de traje negro permanecía sentado en la sala de espera, ansioso de poder encontrarse con el heredero.Cameron lo observó al entrar al lugar, por un momento le regaló una fugaz sonrisa y se sentó frente a él. Su mirada fue atraída hacia los productos que el hombre de traje había colocado sobre la mesa.—Un gusto conocerlo, joven— comentó el negociante, estirando la mano hacia el joven hombre. Cameron lo saludó de la misma manera antes de hacer una pequeña mueca de aburrimiento.—¿Estos son los productos?— preguntó Cameron, dejan
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