La puerta de la pastelería se abrió por un momento cuando él entró al lugar con el rostro tenso, bebiendo de un gran vaso de café con leche. Dentro del lugar no se podía sentir la fuerza con la que las bajas temperaturas golpeaban la ciudad, congelando los ríos de la ciudad. El hombre de traje negro permanecía sentado en la sala de espera, ansioso de poder encontrarse con el heredero.
Cameron lo observó al entrar al lugar, por un momento le regaló una fugaz sonrisa y se sentó frente a él. Su mirada fue atraída hacia los productos que el hombre de traje había colocado sobre la mesa.
—Un gusto conocerlo, joven— comentó el negociante, estirando la mano hacia el joven hombre. Cameron lo saludó de la misma manera antes de hacer una pequeña mueca de aburrimiento.
—¿Estos son los productos?— preguntó Cameron, dejan
Cameron asintió, tratando de contener las ganas que tenía de explotar y romperle la cara al hombre que tenía frente a él. Las manos le hormigueaban como si estuvieran pidiéndole a gritos que siguiera sus instintos y explotara de una vez por todas.—¿Todo lo que tengo?—preguntó Cameron con el rostro tenso, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón de vestir.— los vinos son tuyos, la repostería es de mi madre y de ahí tomo el dinero. Nunca he recibido un maldito centavo tuyo pero si has venido solo para hacer esta estupidez... entonces quédate con todo tu puto dinero— soltó, arrojando las tarjetas de crédito al suelo— ahí tienes tu maldito dinero— anunció, cerrando su cartera.—Dejaste una— comentó su padre con el rostro serio. Imaginando que su hijo adoptivo acababa de esconder una tarjeta, tratando de q
Los gritos de la multitud se podían escuchar desde cualquier rincón de la universidad, el campo de futbol se encontraba tan lleno que parecía imposible encontrar un lugar donde pudieran sentarse. Wendy se encontraba frente a Kiara, tomándola de la mano mientras se abría paso entre la ruidosa multitud que agitaba sus cuerpo de un lado a otro, gritando poderosas porras que ella nunca había escuchado.Esa noche el equipo de la universidad competiría contra uno de los equipos más fuertes del Estado y todos habían estado esperando por ese juego durante todas las vacaciones. La temporada iniciaba y todos sabían la gran importancia que tenía el juego de esa noche.—¡Debería de estar por aquí!—gritó Wendy, revisando la pantalla de su celular sin soltar la mano de Kiara por un momento. Kiara conocía a la perfección la clase de mirada que ella ten&iac
“Espero nos divirtamos este año juntos, te veo mañana” es lo último que le había dicho Cameron cuando se había ido con sus amigos a festejar a algún bar de la ciudad, seguido por las montañas de groupies que siempre se encontraban tras de él. En esos momentos su habitación se encontraba tan silenciosa que le preocupaba un poco la manera en que todo a su alrededor se encontraba tan quieto. Sus piernas se movieron repentinamente de un lado a otro en busca de algún movimiento o sonido.Todo estaba tan silencioso que le incomodaba no tener a sus hermanos cerca pero sabía que haberlos mandado a ese internado les haría muy feliz, ellos siempre lo habían pedido y ahora que finalmente había logrado juntar el dinero suficiente para llevarlos se había terminado por arrepentir. Los extrañaba demasiado y sabía que extrañaría a su madre much&iacu
Kiara ni siquiera pronunció una palabra al escucharlo, guardó silencio por un momento, pensando con lentitud cada una de las palabras que él le acababa de decir. Había sonado tan sincero que le preocupaba tomarse aquellas palabras de manera incorrecta.—¡Chicos!—gritó Wendy, abriendo la puerta del auto cuando ella estuvo a punto de decir una palabra.— ¿Podemos ir con ustedes?— preguntó, señalando a Nancy.Cameron se mordió el labio por un micro segundo, volteando a ver a las chicas antes de asentir.—Claro, suban— soltó, tensando el musculo de su mandíbula. Tratando de ocultar la incomodidad que sentía en esos momentos. Nunca se había confesado y no podía creer que se había quedado sin respuesta. Quería voltear hacia ellas y gritarles que se largaran del auto pero hacer eso incomodaría a Kiara y lo menos
La aburrida música del supermercado la pusieron de mal humor desde que entro al lugar con Cameron a sus espaldas. Ambos habían tenido una seria charla sobre la lista de compras que tenían que hacer y aunque él había tratado de convencerla de permitirle comprar todo, ella había terminado peleando con él. Cameron lo sabía y Kiara no era una chica a la cual le gustara recibir cosas gratis por qué simplemente terminaba por malinterpretarlo. Aunque él no lo hiciera con intención de ofenderla, ella lo sentía como si la viera como una pobretona.Llevaban más de treinta minutos en silencio y él se moría por decir alguna estupidez. Algo que arreglaba un poco la situación incómoda en la que se encontraban. Algunas chicas que caminaban por el supermercado miraban a Cameron como si fuera el premio mayor mientras que él solo la miraba a ella, leyendo una y otra vez
Toda la mañana Cameron había notado que ella parecía estar en las nubes, le habían quitado los tapones de la nariz hace unas horas y desde que habían regresado a casa había permanecido en silencio como si estuviera pensando una y otra vez en lo mismo. Había tratado hablar con ella pero no había funcionado para nada, incluso se había atrevido a buscar en internet cada uno de los medicamentos que le habían dado con el fin de investigar si su comportamiento era por culpa de los medicamentos pero no había encontrado nada extraño en ellos así que al final había terminado concluyendo que ella se comportaba de esa manera por culpa del cansancio y debilidad que sentía en su cuerpo.Su madre le había dicho que cuidara de ella como si fuera una niña pequeña y él lo había hecho tanto como había podido pero ella parecía no tener inter&e
Las luces de la cabaña iluminaron la oscuridad del lugar cuando ellos bajaron de la camioneta en un pequeño brinco. La tormenta comenzaba a caer sobre ellos y las fuertes ráfagas de viento que los atacaba constantemente los hicieron correr hacia el interior del lugar en espera de poder refugiarse del frio. Kiara tomó sus cosas antes de correr al interior del lugar, encontrándose con una gran cantidad de personas. Cameron entró tras de ella, maldiciendo al ver a toda la familia reunida en aquel lugar.—No puede ser— susurró molesto, viendo a Julieta al fondo de la sala.—¡Cameron!—soltó uno de sus primos, soltando una gran sonrisa— ¡Qué gran sorpresa verte!Las risas de los chicos fueron ahogadas por completo al entrar a la cabaña y ver a Cameron con la mirada asesina que tanto temían ver.—Tu prometida estaba esperando por ti, la bo
El gran olor a café que había en la habitación la hizo despertar, moviéndose con lentitud en la cama, sintiendo como su cuerpo adolorido le gritaba que no se moviera demasiado rápido. Escenas fugaces de la noche anterior se proyectaron en su cabeza, recordándole que todo lo que ella había creído que había sido solo un sueño caliente había sido en realidad todo lo que ambos habían hecho para complacerse.Los pasos de Cameron eran silenciosos a su alrededor, vistiéndose en completo silencio. Tratando de no despertarla mientras bebía un poco de café como todas las mañanas. La puerta de la habitación se abrió cuando Nick entró de repente.—¿Qué mierda haces?—susurró Cameron, empujándolo hacia afuera de la habitación. Evitando que pudiera ver un poco de la piel desnuda de Kiara.— Kiara est&a