Aquella mañana desperté temprano, estaba feliz, después de todo, él me quería a mí, no sentía nada por esa tipa, y aunque una parte de mí estaba loca por él, no podía decírselo aún, necesitaba un poco más de tiempo. Sentía que las cosas estaban yendo demasiado rápido, y eso me asustaba.Él estaba guapísimo durmiendo, así que ni siquiera lo desperté, pensé en toda nuestra trayectoria, en el pasado, en cada detalle que nunca vi, en su rostro tras cada humillación, en su incomodidad cuando algún otro chico se me acercaba, incluso en la noche de las estrellas, en los Alpes. Una sensación cálida y confortable inundó mi corazón.Pensé en aquella vez, cuando nos encontramos por casualidad después de tantos años, en la paliza que le di, en su actitud
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