Caminábamos hacia casa, después de dejar su auto en el garaje, subiendo por las escaleritas que daban al balcón, sin pasar por la puerta de entrada, con él a mi lado, agarrándome la mano. Era feliz, más después de que mi madre me abriese los ojos. Iba a centrarme en sentir, en dejar de pensar, dejando fuera los miedos e inseguridades, centrándome sólo en nosotros.- ¿Estás bien? – preguntó, justo cuando llegamos arriba del todo, conmigo agarrándome a la barandilla, observando el hermoso paisaje que se veía desde allí, Miles de estrellas rodeándonos – Has estado muy callada durante todo el trayecto – me gire a mirarle, apoyándome en la barandilla, observándole con detenimiento, porque era guapísimo, y quería inmortalizar cada rasgo - ¿qué ha sido lo de hace un rato? Te has marchado co
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