James Al sentarme hago lo mismo que he hecho durante los últimos cuatro meses, cruzarme de brazos y observar al sujeto frente a mí por la próxima hora. Ninguno dice nada, tampoco lo creo necesario, y nos observamos. Al menos yo lo hago, él se muestra tímido aún. Fue incómodo en un principio, saber que te observan y no puedes hacer nada al respecto resulta ser perturbador en un nivel desesperante. Pero ahora incluso logro verlo sonreír cuando dejo alguna foto de mis hijos sobre la mesa. Marco es consciente de la vida que estuvo llevando, e incluso confesó a su psiquiatra su deseo de morir. No sabe por qué su hermano mayor, el que lo abandonó por tanto tiempo, tuvo que salvar su miserable vida. Incluso cuando creí que podría encaminar mi vida, de manera incorrecta dejando mi pasado atrás, hice las cosas mal. Al menos esa es la manera co
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