JamesLa mira de pies a cabeza, con demasiado placer. Ella le sonríe, un poco incómoda, y se esconde detrás de nuestro hijo. Vuelvo a mirar a mi padre y reconozco el enorme alivio que me da al notar que no la mira como si la conociera, sólo con la lascivia de un hombre sin escrúpulos al ver a una mujer hermosa como ella, y caliente como se ve con ese vestido.Suspiro y cierro los ojos cuando el pensamiento pasa por mi mente con fuerza.No son mis hermanos.—Para mí también es un gusto, señor Lucio. Espero que cumpla con la promesa de su visita.Doy un paso adelante cuando intenta acercarse a ella, entiende la amenaza y sonríe como si se sintiera orgulloso. Sé que lo est&aa
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