Iván, inclinó los parpados, mientras la herida en su pecho, volvía a sangrar al escuchar a Alexander, hablar de Paloma, diciendo cosas muy ciertas de ella. —Lo sé —respondió Iván, aclarándose la garganta. —Alain, no tenía ninguna relación amorosa con ella. Paloma, se convirtió en su confidente, pero tu hermano, la utilizó —declaró—, cuando Pamela, reapareció en la vida de él, y para que el marido de esa mujer no descubriera sus engaños, ellos reservaban las suites de los hoteles a nombre de tu esposa —frunció los labios mirando a Iván—, aunque sus facciones son distintas, las dos tienen el mismo color de cabello, son de igual contextura, así que era muy fácil confundirlas. —Alain sabía que esa mujer, la tal Pamela, ¿era casada? —La conocimos el mismo consultorio del psiquiatra que atendía a Alain, desde que tu hermano la vio, quedó impresionado —informó—es que Pamela, era o es, una mujer muy atractiva, capaz de volver loco a cualquiera. —No co
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