Capítulo 15. Limites inquebrantables
—Y otra firma en esta línea—dijo el abogado a Carolina, ella firmó, sintió como su corazón latió de la emoción, al terminar, levantó su mirada y se encontró con la de su padre, a su lado estaba Armando García. Les sonrió, Héctor y Armando estaban emocionados, finalmente habían realizado otra de sus metas propuestas entre los dos. —Entonces, se finaliza la sesión de firmas…—a lado de Carolina estaba Daniel, quien miró detenidamente cada movimiento y gesto de su padre y padrino, se les veía emoción genuina. Se levantó el abogado, luego Carolina, siguiéndole Daniel, Armando destapó una botella de champagne, sirvió y Héctor les entregó las copas para brindar. —¡Felicidades, muchachos! —dieron un sorbo, Carolina estaba emocionada, pero Daniel, siguió intrigado. —Gracias, padre, gracias Armando, gracias por la con
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