A Zack le siguió escribiendo, aunque no obtenía respuesta de él, esperando pacientemente por el e-mail que siempre le rogaba que abriera en cada una de sus cartas, ella no había podido abrir el suyo sino hasta que entró a la universidad, y aun entonces, perdió la cuenta un par de veces, pues las plataformas de correo aún no eran estables, pero en cada carta que le enviaba a Zack le detallaba su nuevo usuario para que le escribiera allí, y seguía sin respuesta.Hasta que, en las primeras vacaciones de verano que tuvo luego de ingresar a Berkeley, Cath la fue a visitar en su casa.—Una carta de Zack para ti —dijo ella con una sonrisa, y la de Amelia se iluminó enormemente. La tomó de sus manos y fue a abrirla, pero entonces se dio cuenta de que ya el sobre estaba roto, y miró a Catherine interrogante.—Esta llegó dirigida a mí —fue su respuesta
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