Heather bajó del auto y miró el enorme jardín de la casa paterna de Raphael. Allí había vivido Ralph sus últimos años.La casa era preciosa, una verdadera casa de veraneo de dos niveles, blanca y compuesta más que todo de cristal, que no dejaba ver nada hacia el interior, pero que de seguro sí permitía ver de adentro hacia afuera. En el exterior, había muchas palmeras y rocas negras decorando el jardín, y en el momento, un hombre podaba el césped bajo la brillante luz del sol. Heather se puso su sombrero blanco que hacía juego con su vestido mirando hacia el cielo azul. Hacía un delicioso calor.Suspiró, pensando en que, si Ralph se hubiera casado con ella, no habrían llegado a ser lo
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