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Todos los capítulos de Mas allá de Betel: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Rotina
Los días pasaban con enorme rapidez últimamente.Cuidar a una niña no era tarea fácil, trabajar para mi hermano, como siempre, era estresante, conseguir señal últimamente para comunicarme mucho más difícil, así que en cuanto amanecía procuraba aprovechar al máximo el día. Atendía a Graciela si era la primera en despertar pero si no era así, le dedicaba tiempo a mi esposo. Hacerlo seguía siendo un placer y ahora más, que a petición mía llevaba tres meses sin tocar su barba y ésta estaba poblada, a veces enredada, suave, con hebras rojas que me raspaban no sólo la boca, sino también el cuerpo. Verlo desde arriba y oler su cabello cuando mis dedos se entrelazaban en él mientras besaba mis senos y seguía descendiendo era vivir en el
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Entre comidas
Algún ruido de afuera me despertó, era sábado y no tenía apuro en madrugar, desde que Graciela naciera le dedicaba gran parte de los fines de semana. Como estaba me asomé a la puerta y vi a dos de las mujeres de mi vida. La madre vestía aún su bata corta de dormir con otra encima abierta, los cabellos alborotados y los ojos chinos de dormir, durante la noche no se acercó a mí, las diferencias habían marcado distancia. La otra, aún con su pijama rosada fresca de ositos, comía con las manos unos pedazos de melón y miraba las expresiones simpáticas de su madre. Fui por una franela t salí con eso y el bóxer, de inmediato ambas me miraron, Graciela mostró sus dientitos afilados y extendió las manos.-Hola preciosa, te has quedado otra vez a dormir afuera-La saqué
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La formula del amor
No evitaba hablarle, al contrario, conversábamos más ahora que hace dos días. Leo se iría con un camión repleto de mercancía, la última vez tuvo problemas en la vía y Ensuan quería asegurarse que eso no pasaría de nuevo. Para eso molestó a Piñero y éste de inmediato lo auxilió por lo que dentro de dos días Leo iría un poco más tranquilo acompañado por el padre de Catalina. La rutina, mi rutina perfecta seguía igual excepto por la distancia que se había producido entre Ensuan y yo. Evitaba algún roce significativo y notaba como él me miraba pero parecía haber decidido por primera vez, que me daría espacio. Cosa que llegó a entristecerme porque debía reconocer que temía, en mi inseguridad, que él pensara que esos hijos no los podría tener co
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El compromiso
Nuestro buen amigo Jasper, confidente, causante de nuestro amor, padrino de la pequeña Graciela, por fin había encontrado el amor. De modo que Yvonne y yo viajamos por primera vez a la ciudad, nos quedamos en un hotel y completamente solos. Al principio estaba renuente pues serían dos días sin la niña pero mamá la convenció de que Graciela ni lo notaría y así partimos.Para la reunión vestimos muy formales, ella de traje azul marino sin mangas y espalda descubierta, largo hasta la rodilla, zapatos altos negros que estilizaban su figura, su caminar con el vaivén de sus anchas caderas y apenas un asomo de sus redondos senos. El cabello lo recogió en su típica cebolla mejor arreglada con hebras descuidadas, este parecía amoldarse sólo al estilo. El rostro lo maquilló muy bien de r
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Voces del más allá
A través del computador le mostré a Isabel el evento. Nos recibió con un caldo de res que funcionó sensacional en mi estómago. Leo y Liborio llevaron a Graciela a jugar afuera con unas gallinas y Ensuan estuvo pegado del teléfono muy ocupado. Para mi tranquilidad Isabel no extrañó para nada no haber ido y como nos contó la habían pasado ella y Graciela de manera increíble.Más tarde leí correos, acomodé la nevera para arreglar lo de la semana y después de jugar, asear y alimentar a la beba tomé asiento por fin, estaba agotada del viaje, las pocas horas de sueño y las respuestas que tuve que dar por correo a los pedidos de cereales de Madeira, cosa que Fernando poco a poco me fue achacando. Mi hermano había querido abarcar demasiado con los pedidos y ahora estaba e
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El viaje
No iba a negarlo. Tenía miedo. Ir allá, con su familia me llenaba de temores y no sabía qué tipo de temores.Después de ese sábado cada vez que sonaba su condenado teléfono temía que tuviésemos que salir con o sin maletas a Europa. Para mí se aprovechaban de la situación, si es que esta existía.El cuñado que no conocía horarios, la llamaba a placer y el hermano le hacía ofertas provocativas que en este país nadie desaprovecharía, y ya Yvonne conocía un poco de ésta economía y lo beneficioso que sería aceptar sus ofertas.Sin embargo, cumplí con mi deber como su esposo, llamé a Jasper y le pedí se encargara de los pasaje
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Ella
Desperté de golpe. Graciela seguía rendida en su asiento, era un ángel. Ensuan también, su brazo derecho no sé cómo llegó y se apoyó en mi hombro derecho, estaba de lado y algo incómodo pero debió pensar que estaba en la cama.A pesar de que me moví no despertó y eso me dio oportunidad de mirarlo, tenía una semana siendo muy extraño, accesible pero distante, hace rato cuando me dijo lo que le molestaba casi quedo muda, no era mentira pero admitirlo dolía. Recordé mi niñez, mamá llevándonos a los tres a clases, mamá asistiendo a nuestros actos, luego Fernando trabajando con papá y llevándonos a María y a mí a diversas actividades, más que todo a mí. Solía llegar conmigo, nunca condujo, papá siemp
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De Marco
Le quedaba bien el nombre de casa grande a la antigua residencia de mi esposa. Ella aún la llamaba "casa" y con razón. Mi cuñado con gran habilidad en el volante giró y penetramos por un camino de naranjales altos bien podados, en cuyos pies las piedras unicolores le daban elegancia, hacían una especie de cerca natural.-Son las naranjas más dulces de la región-Acotó con humildad pero lleno de orgullo, acomodé a Graciela para que viera por la ventana como el sol de esa tarde hacía un verde precioso en las hojas, al final del camino había una encrucijada con redoma y de frente la casa. El camino era de piedra fija, gris y redonda, la redoma tenía variedad de flores, la casa era alta, con un ático, pintada de rosa claro. Mi cuñado, el cual pintaba muy bien con sus grandes ojos azules y cabello
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Necesaria
Por supuesto que todo aquello me sorprendió, sobre todo ver a papá con tan buen aspecto en esa silla. No sabía que pensar pero peor ¿qué estaba pensando Ensuan? ¿Qué le mentí, que fue una falsa alarma, o que Antonio había exagerado todo? Este disfrutaba tanto nuestra llegada que no podía cerrar la boca sin provocar una amplia sonrisa, como yo, sabía que Antonio lo notaba pero era natural que la llegada de la pequeña Graciela causara en mi cuñado ese efecto así como en mi padre y mi hermano, cosa que no podía decir de mamá y tampoco de María que sufría mucho quizás todavía.Caisella, Lorena y Michaella me acapararon con sus pícaras miradas y comentarios, me abrazaron y besaron repetidas veces, extrañaba nuestras charlas sobre temas trivi
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La casa grande
Vanda fue muy amable en ayudarme con Graciela y guiarme al comedor donde desayunaría. En cuanto Yvonne salió supe que no la tendría de vuelta rápido, así que apuré el paso para tener todo listo. Aproveché de hablar con mamá y preguntarle cómo estaba todo, era algo tarde allá pero igual respondió, en esta casa la señal era buenísima. No sólo a mí se me iban los ojos, a Graciela también, todo olía muy bien, a pesar de lo sencillo era todo muy de lujo, los pisos brillaban, los techos eran altos, la luz entraba a placer junto con la brisa refrescante. Los cuadros eran paisajes, las cerámicas Capo Di Monti o Jadró, imágenes religiosas, jarras, campesinas, ceniceros, alfombras entre marrones y doradas y repito...un olor peculiar que Yvonne había empacado con ella tras irse a buscarme. La cama hab&iac
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