Una noche de sueño horrible más tarde, Liam y yo apenas si nos decimos buenos días y empezamos a prepararnos para la escuela. De igual modo, cuando estamos desayunando tampoco hablamos más allá de un simple comentario de su parte de que me llevará en su auto, pero no hice más que asentir y seguir comiendo. El camino a la escuela fue igual de silencioso, incluso lo sentí eterno porque ni siquiera puso un poco de música como para aligerar la carga que había alrededor. —Bueno, supongo que este es el adiós definitivo —me dice cuando estamos en la entrada de la escuela. —Lo siento —murmuro como si eso fuera necesario. —Entiendo —me dice, encogiéndose de hombros—. Tal vez esto no fue posible desde un principio. —Yo… lo lamento, en verdad no quería… —Está bien —Liam asiente, dándome una sonrisa agridulce—. No hay nada más que decir. La pesadez en el pecho y la tensión en todo mi cuerpo resulta insoportable,
Leer más