A pesar de todo, Dolores se sentía embelesada lentamente, muy lentamente, mientras que con la lengua la acariciaba y excitaba. Fue deslizando una mano por su vientre y más bajo aún el tiempo que su pie experimentaba, pequeños estremecimientos en un instante contuvo el aliento y se quedó rígida, pero poco a poco volvió a relajarse. Y al mover una pierna rozó su reacción. Entonces le tocó a él el contener el aliento, su control haciendo equilibrio sobre el filo de una navaja. Sería fácil dejarse llevar, pero se apoyó en los antebrazos para respirar hondo, Dolores se quedó de inmediato rígida en sus brazos como si fuese víctima de una mirada de medusa. _ ¿Qué ocurre? ¿He hecho algo mal? Yo, no sabía?! Había vuelto el pánico, así que sus miedos no andaban muy lejos. Nicolás la silencio con la boca, suavemente, a pesar de la necesidad que sentía de enterrarse en ella y tomar lo que era suyo. _ ¡No, nada! ¡Sois toda placer! - musito Ella permaneció un instante más sin moverse, como cal
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