_ Bienvenida a Ghrad, Dolores de Latís. Se llevó su mano a los labios en un saludo breve y formal. Sus dedos estaban tan gélidos como sospechaba, tenía la piel áspera, los nudillos inflados y rojos. Recuperando ya de los que la hubieran inquietado, Dolores inclino la cabeza con un movimiento casi impredecible. _ Gracias, milord Carter. Es un placer para mí que deseéis contraer matrimonio conmigo! _ Su mirada seguía siendo franca _. Estoy muy complacida de estar aquí!. Su voz le sorprendió un poco. Era grave y suave, con una profundidad que resultaba de lo más atractivo. El corazón se le hundió aún más. Por el momento era aquella la parte más atractiva de aquella mujer. Dolores se concedió un poco de tiempo para admirar la habitación que iba a ser la su ya. Con el techo en madera y las paredes de yeso decorada con flores, que el paso del tiempo había vuelto de colores delicados, un suelo de baldosa formado de mosaico… todo ello la envolvía en un manto de riqueza y comodidad. Un fue

permaneció inmóvil, tanto Como él, con los ojos y la boca abierta, consciente de lo que debía estar viendo. Su rostro no revelaría emoción alguna, pero se puede imaginar que pensamiento, le abarrotarían la cabeza. Horrorizada, le vio bajar la mirada a sus hombros,su espalda, las nalgas, los muslos y de nuevo al rostro. A pesar de haber sido un gesto rápido y ligero, Tuvo la sensación de que su mirada había tomado posesión de cada centímetro de su piel… y el resultado que tenía que haber sido deprimente por fuerza. ¡Qué vergüenza! Sintió un estremecimiento mitigado tan solo por la idea de que la escasa luz de la estancia mascarilla lo más desagradable de sus Cicatrices. Pero eso no era lo peor. ¡Virgen del cielo! ¿Se atrevería a entrar? ¿Sentiría la necesidad de decir algo, de llamar aún más la atención sobre ella? Y de ser así, ¿se vería obligada a abandonar la poca dignidad que le quedaba y agarrar de un tirón sus ropas y cubrir su vergüenza? Rezo pidiendo que tuviese la suficien

Al caer la noche Isaac estaba intranquilo en su casa. No podía quedarse tenía que saber la verdad. Tenía que saber los motivos y él porque Aita lo rechazaba constantemente. Aunque sea que su palabra fuera verdaderamente sincera. Al llegar en caer la noche plena a la casa de Heliodoro Bordo. Heliodoro Bordo tenía una vivienda sencilla en un barrio Igualmente humilde. Isaac se sorprendió Asimismo de hacer aquella valoración,pues nunca había sido desdeñoso antes de recibir el ducado y todas las propiedades que acompañaba el título. Aquella casa no tenía nada de malo, aunque sea preguntó que le parecía a lady Xemena, después de haber vivido en la mansión de los Pertong.Su casa verdadera, donde había nacido, había crecido y tenía gran parte de su vida. Llamó a la puerta y cuando el ama de llaves le abrió se anunció el mismo y le arrojó los guantes y el sombrero junto a su mirada más fría de Duque y exigió que lo llevaran al salón a o a cualquier otro lugar apropiado para hablar con el se

_ ¡Perdón la ha perjudicado mucho más de lo que se perjudicó, ella misma con su actitud._ añadió heliodoro._ la ridícula enemistad que mantiene conmigo! Haría pensar que está, tiene alguna especie de necesidad biológica incluirse, pero han pasado casi ocho meses desde que me casé con Ximena y ahí también sigue pareciendo la misma que el día que la conocí. No había habido ningún embarazo no deseado. _ ¡¿Y cómo se ha comportado en este tiempo ha habido otros escándalos? _ ¡Creo que Aita aprendió una dura lección, y que no necesita más de lo mismo hasta donde yo sé no ha habido más escándalo! Es normal, su vida social se ha reducido al mínimo y pertong apenas la pierde de vista desde que su hermana ya no está para acompañarla. _ ¡Además esta nueva mujer de vizconde Pertong _ comentó Isaac! Heliodor función líberamente los labios como si no quisiera pensar mal de la madrastra de su esposa. _ ¡Quizá no esté siendo Imparcial, pero sí Ximena me parece una influencia mucho más positiva pa

_¡Sé muy bien cuál es la imagen que me devuelve el espejo Milord!. _ se giró un poco para mirar Más allá de los muros_ Intentaré ser para vos todo que una esposa debe ser, no debes preocuparlo por mi lealtad. si es que os preocupa porque no deseo que sea una dificultad, entre nosotros. Aquella vez sí que le sorprendió que abandonar a un asunto tan espinoso, casi como si hubiera podido leer el pensamiento, había que reconocer el valor de la sinceridad, dado que se conocían hacía tan poco tiempo. _ ¡Mi familia es partidaria de la casa de los Exol y los York y yo hemos sido criados como enemigo desde la cuna, Y yo siempre he considerado que los derechos al trono de los también son de los York! Ni son superiores a los de ese pobre loco rey, pero os juro que en mi lealtad en el matrimonio estará con vos. Nicolás miró a su novia con una prepiza mezcla de estupefacción y admiración, y decidió ser tan claro como ella. _¡Mi juramentos está el apoyar al rey, sea cual sea su estado, porque e

_ Los asuntos de Nicolás le conciernen solo a el,que duda cabe. Y puede que ami también cuando nos hayamos casado,pero desde luego, no os concierne a vos!. _ Claro que no!. Por supuesto, perdonad mi error!. Pero el daño ya estaba hecho. Cuando volvió a quedarse sola, Dolores permitió que la furia que llevaba dentro pasara de las llamas a la cenizas. Así que Nicolás tenía una amante en Hemworth. Llamada Elizalde . Por supuesto que quería conocer ese detalle de su vida, y sin duda Nicolás podía tomar un amante si eso le complacía,pero hubiera preferido no oírlo de la lengua viperina de Lady Miranda. Apretó los puños, hasta que los nudillos se pusieron rojos. Su palma, quedo marcada, y la sangre quedo expuesta, a punto de dejar su carne y salir fuera. No podía explicar como había sido capaz de contenerse, al menos. Pero se volvió a clavar las uñas en la palma de las mano al recordar lo imposiblemente hermosa que era Miranda de cárter, particularmente cuando el sol iluminaba su cabell

Dolores, sentía que algo andaba mal. Y si bien ella sabe, no era nada gratificante, el beneficio de la duda. Dolores, de Ramson sobrina de sir latis .Una chica cuyo apodo se había Ampliado en toda la marca por su rebeldía, y corazón inquieto.Nicolas de cárter partiría, en la mañana, y sin duda sería para un encuentro con su amante Elizalde. ¿_ Tampoco respeto tiene el? Decía ella misma, sin poder contener la rabia que la consumía. ¿_ Se que aún,no nos casamos, pero tenía que ir a visitar a su amante días antes de la boda? Es una especie de despedida?. M*****a Miranda, tu boca viperina, no me sentá bien, Ivón talvez tenga razón debo darte una lección!. Luego de escucharse a sí misma una y otra vez, sintió repulsión por su mente, y emociones. Le estaba dando poder a las palabras de una chiquilla, mimaba. Se clavó las uñas en la palma de su mano, para dejar ir su dolor y furia. Su palma estaba a punto de brotar sangre. Luego se dijo así misma. _” Aún,no contraigo matrimonio con é

No, podía y tampoco se podía permitir, que lo que dice Miranda le importase tanto. Si ella de verdad le das importancia, tendría que darle una lección de un poco de belladona, para calmar su lengua viperina. ¿Y cómo podía importarle tanto? Apenas conocía a Nicolás se dijo a sí misma. Se miró a sí misma, y suspiro. se preguntaba le importaría a Nicolás mi aspecto? Creo que no porque para el solo es importante la alianza política tan comprometedora. Y a ella tampoco debería importarle. Seguro, que a el le daba lo mismo tener que casarse con el mismo o traje que tiene semanas , llena de sudor y polvo que camino por toda la marca. Porque le preocupaba a ella tanto su propio aspecto.Suspiro aún más al no tener una respuesta sana para sí misma. Los días fueron pasando y la hora de la boda se acercaba. ¿Qué estaría haciendo que le retenía tanto tiempo fuera.?¿Quizás esa maldita de Miranda tuviese razón y su visita a Hemworth tenía que ver con su relación con es amujer Elizalde? Era como si

_ volver antes, como veis dolores tiene carácter— Ya lo veo Respondió dándole una palmada espalda_ Entonces creéis que debo tener su venganzaDaniel se echó a reír._ ¿Yo no lo tengo miedo a Dolores?Nicolás, sonrío qué esperaba él de su prometida. Desde luego mucho más de lo que había recibido le había despedido con el Señor fruncido y le había recibido del mismo modo, el retraso no había sido del todo culpa suya, pero Dolores de Ramsome no se había molestado en averiguar su causa antes de echarle la culpa. Su genio comenzó a hervir de nuevo y se desilusionó al comprender que el acuerdo, la comprensión que aparecía haber alcanzado con su conversación, se había evaporado de su ausencia.Dado que no era propio de él dejar las cosas sin resolver, se dirigió la casa y le dio alcance en el Gran salón._ ¿Madame?Su tono imperioso la hizo detenerse a pesar de que había puesto un pie en el primer escalón_ milordLa alcanzó dando grandes calzadas_ Cuando vuelva a mi casa, espero encontr

Que el de soldado o señor de una fortaleza. ¿Qué mujer no desearía descansar con un hombre como el? Dolores lo miro y lo que noto en su mirada la tranquilizo. Mostraba compasión, y lo duro que sería el día para ella. Sería la primera vez, que hacía frente a una multitud, para la puesta de u anillo. Lo más cruel el estaba consciente de que entre ellos no había amor. Ella lo miro y se le colorió las mejillas. Nicolás estaba consciente de la mano fría que llevaba en la suya. De la sutil diferencia entre aquella mujer con la cual se había percatado casarse. Y de la mujer que la semana pasada solo había intercambiado pocas palabras con el ahora sería su esposa. Dolores lucia alta y elegante,el rico terciopelo que la envolvía y que formaba la cola del velo y el vestido. Las líneas fluidas,de su cuerpo, eran todo gracias y suavidad, nada que ver con el,recuerdo que tenía de una mujer sin encanto ni atractividad.Las mangas de su vestido acababan unos puños de piel sobre los cuales flotaban