Alice manejaba de regreso a casa, ya pasaba la hora del almuerzo. Había ido a la ciudad a hacer algunas compras, eso a la vista de todos, su realidad era que necesitaba escapar de la tensión que se respiraba en la casa, algunos parecían a punto de explotar, y aquello estaba acabando con sus nervios. Estacionó su coche frente a la casa, al bajar se fijó en que el jardinero se dedicaba a cuidar las rosas que estaban en la entrada de la casa. -Hola Juan, buenas tardes.-Buenas tardes, niña.-¿Está Kyle en casa? -Se encuentra en el viñedo, Señorita.-Muchas gracias- se encaminó al encuentro del hombre que amaba. Lo encontró jugando con las uvas que rozaban su cabeza, sus ojos risueños, su mirada llena de anhelo, parecía más joven de lo que realmente era. -Alice- estaba tan ensimismada observándolo, que se sobresaltó cuando él la llamó tendiéndole una mano para que se acercara, ella obedeció sonriente.-Esas uvas se
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