Una vez que nos duchamos fuimos al mercado que está pasado el puente. Ahí Mika conocía a casi todo el mundo y se daba el tiempo de conversar con cada uno de ellos, incluso con quienes tenían sus puestos de chucherías en el suelo. Daba lo mismo si tenían cubre bocas o no, a ella no le importaba y es más, de no haber cuarentena hubiésemos comido afuera. Y seguíamos avanzando y mi novia seguía saludando gente, pese a que le molestaba que YO saliera a la calle porque a ELLA le daba miedo contagiarse. Los más viejos la miraban con lascivia. Compré cigarros de contrabando. Llegamos a una pequeña distribuidora de bebidas alcohólicas por el lugar donde estaban los negocios autorizados y ambas dependientas se presentaron tras saludar a mi pareja. Tras ese encuentro me puse nervioso.— Me llamo Suns —Dijo la bajita de pechos enormes.— Y yo soy Penz —Dijo la tipa alta de pelo crespo.
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