Los dormitorios estaban separados para hombres y mujeres, lo cual era un alivio por dos cosas. Primero, solo eran cuatro mujeres asique estarían muy cómodas en el espacioso dormitorio pensado para albergar a diez personas. Segundo, durante los días que estuvieran en celo era mejor estar apartadas de los Alfas macho no enlazados dispuestos a arrancarse parte de la carne al entrar en peleas por ganarse a la Omega que estuviera en aquellos días. No era complicado el asunto cuando una ya estaba enlazada a su compañero, pero ese no era el caso de Tau, aún no encontraba a aquel Alfa que debería unirse a ella, y dudaba si realmente estarías dispuesta a hacerlo. Enlazar con alguien era un acto, no solo íntimo, sino que, en su caso, por ser una Omega, de sumisión, y esa era la última palabra que la definiría jamás. Por ello sabía que llegado sus días de cel
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