La reunión se estaba llevando a cabo en la casa presidencial. Era de vital importancia que la información tratada allí no escapara de esas cuatros paredes, por lo tanto los presentes pasaron por un estricto control de seguridad.
- Bien señores - comenzó el Secretario de Estado su discurso. A su lado el Presidente escuchaba a su empleado con total seguridad que sus palabras podían convencer hasta el más obstinado de los hombres -, los reunimos por un objetivo de suma importancia para nuestra Nación. No solo le aseguraremos un recurso vital a los pobladores de esta hermosa extensión, sino que mantendremos y aseguraremos nuestra posición como una de las naciones más importantes y poderosas del mundo. Creo que todos los aquí presentes estarán de acuerdo que cada acción, para la que nos hemos entrenad
Xumac era un Alfa de puma, de pelo rubio oscuro y penetrantes ojos marrones. Era casi tan alto como Anwar o Mark, pero mucho más delgado y atlético. Sus músculos estaban definidos y no podía decirse que era menos atractivo que sus compañeros. Él era el encargado de entrenar a los reclutas en el uso de armas. Su vista, impecable y aguda, le otorgaban una puntería envidiable. Amaba estar en su espacio, rodeado del frío metal de los cañones, preparándolos y dejándolos listos para su uso. Es por eso que no era raro encontrarlo allí un domingo, como el día de hoy, trabajando en su material. Escuchó un suave ruido en la mesa que estaba a su espalda, tan suave que si no hubiera estado sumergido en un total silencio, y su oído no fuera tan bueno, no lo habría escuchado. Sonrió y giró para verla. Allí estaba sentada en la mesa, c
Era momento de cenar. El día había sido largo y tedioso, pero el grupo de seis amigos estaba realmente animado. Al día siguiente tendrían un entrenamiento con armas y eso siempre elevaba los ánimos. Tau estaba sentada entre Nahila y Soussa, quienes debatían animadamente sobre cuál sangre sería más apta para darle a la pequeña Omega.Un brutal silencio cayó en la mesa cuando tres figuras se quedaron de pie detrás del trío que seguía en el debate sanguíneo. Tau elevó su cabeza para ver a su hermano estudiandola con detenimiento. A su lado Anwar no se veía muy feliz y del otro flanco estaba Mark. Él sí parecía disfrutar de la situación.-¿Xumac? - preguntó intrigada ella.
Tau se encontraba intentando escalar ese muro con metales sobresalientes. Los músculos de sus brazos suplicaban por un descanso, mientras sus piernas la ayudaban a impulsarse aún más arriba.<<Vamos Tau. Tu puedes>> repetía como un mantra cuando miró hacia arriba y se dió cuenta que solo iba a mitad de camino. Esos jodidos Alfas realmente eran fuertes. Ella casi no podía más mientras que ellos escalaban con relativa facilidad.-¡García detente! - una voz de mando proveniente del suelo, a unos 6 metros de donde ella estaba, la hizo encogerse voluntariamente y soltar uno de los agarres de sus brazos. El otro brazo no aguantaría mucho, ni tampoco la podría volver a colocar en su lugar. Solo le quedaba caer.
-¡García!¡Mi abuela tiene mejor puntería que usted!¡Y eso que está muerta la anciana de mierda! - el grito de Xumac provocó algunas suaves risas en los reclutas y un murmullo de fastidio en la rubia que se encontraba acostada sobre su abdomen apuntando a un blanco que se encontraba a cincuenta metros de distancia.Al lado del rubio Anwar se removió incómodo por la manera en la que le gritaba a la mujer. El hombre no había dejado de marcarle cada pequeño error y él estaba al límite de su tolerancia. En cualquier momento lo golpearía con fuerza en su estúpida cara. Del otro lado del rubio, Mark comía tranquilamente unas pequeñas almendras. Su sonrisa dejaba ver el buen momento que estaba pasando.-¡Anderson si vuelv
La reunión parecía interminable. El Comandante quería saber los avances del grupo y estaba llevando demasiado tiempo explicar todo lo trabajado estas últimas semanas. Dicho pedido, detallado y urgente, encendió algo de sospechas en los entrenadores, pero no dirían nada, no iban a cuestionar a su superior. Aún quedaba un mes y medio más de entrenamiento. Sólo los que finalizaran satisfactoriamente esta etapa se podrían unir al Servicio. De los treinta que comenzaron quedaban veintiuno, no era un mal número pero bajaría en los próximos días.-Señor - Xumac llamó al Comandante cuando estaba por finalizar la reunión.-Si - fue la corta respuesta del enorme hombre. - Hola Niko - dijo ella muy temprano en la mañana mientras ingresaba a la cocina donde el pelirrojo se encontraba evidentemente distraído.- ¡Ey rubia! - exclamó él -. No te había visto - explicó mientras le pasaba su batido.- Me he dado cuenta. ¿Qué pasa contigo que no apareces en el mostrador hace varios días? - el muchacho respondió con un gesto de desagrado, indicando que no tenía ganas de hablar sobre aquello, pero Tau no pensaba quedarse callada -. Si me vas a hacer adivinar te puedo asegurar que soy capaz de armar historias muy locas - le advirtió mientras lo señalaba. El hombre sonrió.- Ok. Pero no hagas preguntas - la condicionó y ella asintió -. HCapítulo 12
- ¡Y aquí tenemos nuevamente a la Omega estrella! - Vivian era un hermosa Omega de mapache.- Hola Vivian - respondió ella sentándose en una silla alta mientras depositaba su bandeja de desayuno en el gran mesón de acero inoxidable -. Hola Juan - saludó al pequeño Omega de gato montés que se encontraba de espalda a ella.- Hola linda - respondió él sin girarse ni dejar de trabajar.- ¿Y por qué tenemos el honor de que hoy comas en nuestra humilde cocina? - presionó Vivian bastante divertida, sabiendo que Tau solo iba allí cuando los Alfas se ponían demasiado intensos con ella.- Nahila - gruñó y todo
Las indicaciones estaban dadas y Anwar no terminaba de procesar lo sensual que se veía la rubia en su uniforme de asalto. Los pantalones cargo se apretaban en sus glúteos y cintura. El chaleco antibalas le daba una aire peligroso que lo comenzaba a volver loco y ese arma que empuñaba la hacían lucir increíblemente ardiente.-Vaya Anwar. Diría que la calidad de tus estudiantes ha bajado pero esa Omega... - Massimo estaba devorando con sus ojos a la rubia y él se encontraba con un gran ánimo para romperle la cara.-Esperemos que la Omega dé el talle - ese era Carson, un pelirrojo de cabello sumamente corto.-No te preocupes. Lo hará - contestó él mientras terminaba de ajustar su chaleco al tors