—Princesa —me llaman detrás de la puerta de mi mini cueva. Quien sea que esté detrás de esa puerta me ha sacado de mi profundo debate de la injusticia humana, tanto como la denigración y sociedad. Doy un enorme suspiro, me levanto del sofá, me encamino hacia la puerta dejando atrás el sonido unísono de mis tacones. Me he puesto un vestido fino de seda, con una manga, color negro, que me llega hasta la rodilla de la parte izquierda, pero en la altura de la derecha me llega un poco debajo de mis muslos, obviamente este vestido es un poco provocativo, pero decente en mi punto de vista. Llevo mi cabello recogido, un poco de maquillaje y un par de tacones dorados. No soy mala y menos una santa paloma, hoy encontraré al maldito que quiere joder la organización de mi padre, conste que esto lo hago por mi familia y no po
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