Todos pudieron notar durante la cena que El Príncipe estaba demasiado callado y pensativo, ni siquiera los intentos de Vanessa lograron animarlo, parecía demasiado ensimismado, demasiado perdido, demasiado... lejano. Luego de la cena, ni si quiera quiso quedarse a compartir con la familia, sencillamente había dejado un beso en la frente de Vanessa, se había disculpado con todos y se había retirado a sus aposentos. Vanessa, quedo aún más preocupada cuando no llegó a su habitación aquella noche... Algo estaba sucediendo, algo grave, no se atrevía a ir a su habitación, le daría su espacio, lo necesitaba para pensar en aquello que lo perturbaba, pero mañana sin falta hablarían y le ofrecería su hombro, para ayudarlo a sobrellevar cualquier pena. -Algo le sucede a mi hijo, lo sé - decía la Reina preocupada, acostada sobre su ámplio lecho, con sus largos y dorados cabellos extendidos en l
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