Yo sólo sé decir de nadaPor islas que traje del marNo ruegas jamás, nunca más, de nadaGenial es mi manera de servirDe nada, de nadaDe nada dudes ya... Lo que menos esperaba al abrirse las puertas del ascensor, fue encontrarme a Louis aun en su traje de chef, cantando y bailando por toda la sala, Sansa siguiéndolo por todos lados y Milena también disfrazada, pero de hawaiana aplaudiendo feliz con el espectáculo que mi ridículo esposo le regalaba. Yo sólo puedo decir de nadaPor el mundo especial que doyNo hay de qué agradecer, de nadaDe nada hablaré que ya me voyTe toca a ti decir de nada... Me encontré con la mirada brillante de Aiden, vestido en su ropa habitual de jeans y camiseta, sentado en el sofá al lado de su hermanita, divertido por lo ridículo de la situación. Me divertía ver a Milena vestida de aquella manera,
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