Duda, incierto y muchas preguntas por hacer…Estos eran los pensamientos de Ana estas dos últimas semanas después de despedir a su anterior Psiquiatra.Las clases tomaron su rumbo, ahora tenía una pila de cosas que la mantenían ocupada, sumando a ese ser, que se autonombró “su amigo”.En muchas ocasiones Andrew la irritaba, pero no podía hacer mucho cuando simplemente no se le despegaba de su lado. Se acostumbró a sus interminables historias, y ya que lo pensaba bien, no le parecía nada mal tener compañía en sus recesos o a la hora de salida.Incluso Andrew siempre se ofrecía a llevarla a casa, y lo más importante, podía ocultarse en él, del resto del recinto. Y por supuesto de ese hombre que su mente no olvidabaLuego del mensaje de Cox, ese día por la noche, decidió no responderle y pagarle
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