CAMILEMe había quedado tendida en aquella cama de hotel, llorando amargamente por mi suerte.Henry estaba vivo, ¡estaba vivo y convertido en alguien que nunca imaginé!Cuando descubrí que se trataba de él, quise creer que todo este absurdo, solo se había tratado de una broma por haberlo dejado. Creí ver en sus ojos, rastros de aquel hombre que me había enamorado locamente con su caballerosidad, su delicadeza y consideración. Con el infinito amor que me había demostrado sentía por mí.Por esa razón, no dudé ni un segundo en abalanzarme sobre él y besarlo. Necesitaba sacar de su interior, a aquel hombre que realmente era. Sin embargo, y aunque por un momento creí que lo había conseguido, cuando nuestro encuentro terminó, él siguió siendo el mismo desconocido que me había planteado aquella pervers
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