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Todos los capítulos de Moda, Poder y Pasión. : Capítulo 51 - Capítulo 60
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CAPÍTULO CINCUENTA
Emiliano Santorini —¿Para qué hablar Ginna?. Para qué  hablar si  podemos devorarnos a besos—. Fuego líquido inyectaba esa mujer en mi sangre con tan solo besarme. Sin aliento, trate de calmarme o seria capaz de poseerla aquí mismo. No me importaría hacerle el amor en el asiento trasero de su auto, y no detenerme hasta que los vidrios se empañen con nuestro calor. Más, comprendo  que no es el momento, ni el lugar. En este mismo hospital se encuentra una de sus hermanas debatiéndose entre la vida y la muerte. Esta noche no podemos hacer mucho más por estar juntos. Tampoco creo que ella tenga cabeza p
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CAPÍTULO CUNCUENTA Y UNO
Emiliano Santorini“Ardientes”,  no definen los pensamientos que tengo ahora mismo. Ginna ha comenzado a luchar con mi cinturón, tratando de deshacerse del  pantalón caqui que llevo y la observó extasiado mientas lucha con mi  cremallera.La última vez que estuvimos juntos nos entregamos de  una forma  totalmente deliciosa, pero precipitada. Tener a mi Diosa Isis en mi cama, bajo mi techo en la finca, solo explotó mis ganas contenidas. Revolucionó mi deseo sexual de tal forma, que solo deseaba hundir mi desesperación en ella. Lavar con su mar el sufrimiento de la separación que me estaba consumiéndome vida.Aquí en el centro de Paris no pienso ser tan básico. Se que a veces me puedo mostrar intenso, pero es mi forma de amar, no puedo menos que apasionarme cuando veo a GinebraLeer más
CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS
Ra🍆 Emiliano SantoriniCuando mi móvil vibró en la mesa de noche, me sobresalte. Luego de hacerle el amor una vez más a Ginna, caí rendido en un sueño profundo. Solo con Isis en mi cama era capaz de descansar sin mayores preocupaciones, esa mujer era mi droga, mi mejor medicina para dormir.A mi lado mi diosa estaba rendida, ofreciéndome una vista sublime de su glorioso trasero. Su pelo era una maraña deliciosa desparramada por toda la cama. Mi polla cobro vida con tan solo observar el cuadro sensual y perfecto que me ofrecía su piel de alabastro sobre las sábanas de seda negra.Le vibración del celular me saco de mi trance de acosador sexual profesional y me estire para tomarlo. Alcance 
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CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES
 Ginna Renaux Desperté asustada. No dire el clásico “perdida o no  reconocí el sitio en que estaba ”, porque estaba más que segura de donde me hallaba. Había llegado a aquella habitación con absoluta convicción de lo que deseaba que pasara en ella. Dormía como reina en  la cama del magnate de la moda  Emiliano Santorini, el dios egipcio más hermoso que ojos humanos  hayan visto. Me habia hecho el amor como un animal pero a la vez con una ternura divina. Extraño el  antagonismo  de ese hecho sublime y feroz, pero así era todo con Emi en la cama, te adoraba como Virgen pero se comportaba como el más candente de los pervertidos.

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CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO
 Ginna Renaux  UNA SEMANA DESPUÉS Acabo de salir junto a mi hermana mayor de la clínica privada en la que se encuentra Laura y llevo  una sonrisa en los labios. Su recuperación va siendo todo un éxito. Después de la cirugía sus parámetros no han tenido ninguna recaída, y según sus médicos en un mes aproximadamente podrá abandonar esta clínica, y estará lista para tratarse su incipiente adicción a las drogas. Despertó con la certeza absoluta de que casi muere por su propia estupidez, y creo que esta situación la hará madurar a la fuerza. Leer más
CAPÍTULO CINCUENTA Y CINCO
 Ginna Renaux   —Agencia Diseñadores Libres, Buenos días, Un placer  poder  ayudarla—. Una secretaria responde y recita profesionalmente la etiqueta telefónica mientras medito si fue una buena idea llamar a esta agencia sin haber investigado correctamente o haberlo al menos comentado con Emi. —Buenos días—saludo con prontitud aún dudando que decir— Mi nombre es Ginebra Renaux, soy diseñadora, estuve trabajando para Sezanne Paris, ehhh...— divago un poco ansiosa —alguien dejó la tarjeta de su empresa para mi.  — Un placer saludarla seño
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CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS
 Ginna Renaux Al entrar en el edificio de seis plantas que ocupa media manzana me encuentro con una recepción minimalista en la primera planta, una mujer de  unos cuarenta años me recibe con una sonrisa profesional. Le regalo una sonrisa amable, pero dios sabe que me costó que me saliera espontánea. —Buenos días bienvenida. ¿Que puedo hacer por usted? — me saluda y se queda expectante de mi respuesta.  —Mi nombre es Ginebra Renaux, o Ginna Renaux como prefiera llamarme. Tengo una cita con el gerente. —Espere un insta
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CAPÍTULO CINCUENTA Y SIETE
 Ginna Renaux  Llegue temprano a la agencia junto a Duda , tenía una pila enorme de pendientes  en mi nueva oficina, y sentada en mi mesa de diseño sonrío sola pensando en el rostro de Emi la última noche que pasé con él. Cada vez soy más dependiente de sus sonrisa, de sus manos, de su cuerpo; de esa manera tan suya de poseerme, del modo en que me mira con esos ojos de hielo que me hacen arder con tan solo posarse sobre mi. Nunca pensé que podría amar así, no creía que yo no me vería  envuelta en esta avalancha de sentimientos que me consume de un modo casi abismal. Ya no podría vivir sin Emiliano, y el temor constante de que se aleje de mi aún llega por la noche robándo
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CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO
  FinalGinna Renaux  El rostro de Emi aún denota ira y desconcierto en igual proporción. Todo imaginó excepto encontrarse a su tía y a su prima dando esa penosa demostración de derrota. Al verse perdidas, llegaron aquí para tratar de intimidarme, era un hecho más que evidente que mi reciente relación con Emiliano las amenazaba. He aprendido a conocer cada una de las expresiones del  rostro de Ra y aún percibo que las palabras de Graciela Giusseppe están como niebla rondando entre nosotros. —Siento haberle faltado el respeto a tu tía. Trate de conten
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EPÍLOGO
EPÍLOGO 5 años Después Ginna R. Santorini La Urbe de la Moda Europea se extiende ante mis ojos, Milán nos recibe cada vez más cosmopolita y glamorosa. La mayor capital de la moda en el mundo se vislumbra ante nosotros mientras que llevo en brazo a mi pequeño mini dios Ra que duerme plácidamente en mi regazo. Mi esposo me sostiene la mano y nos contempla orgulloso como si fuésemos su mayor tesoro, mientras que el Jet privado aterriza tranquilamente en la pista privada del Malpensa International Airport con la Deutsche-Privatjet. El desembarque en el aeropuerto es cómodo y rápido, sin tener que pasar por los terminales de pasajeros habituales. Un Rolls Royce plateado espera por nosotros a un costado de la pista, mientras que una veintena de reporteros y paparazzis rodean la salida del lugar tratando de robarse la exclusiva. Todos están a la expectativa de nuestra llegada. Desde que me convertí en la señora Santorini mi vida cambió de una manera drástica que sinceramente no e
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