Ginna Renaux Llegue temprano a la agencia junto a Duda , tenía una pila enorme de pendientes en mi nueva oficina, y sentada en mi mesa de diseño sonrío sola pensando en el rostro de Emi la última noche que pasé con él. Cada vez soy más dependiente de sus sonrisa, de sus manos, de su cuerpo; de esa manera tan suya de poseerme, del modo en que me mira con esos ojos de hielo que me hacen arder con tan solo posarse sobre mi. Nunca pensé que podría amar así, no creía que yo no me vería envuelta en esta avalancha de sentimientos que me consume de un modo casi abismal. Ya no podría vivir sin Emiliano, y el temor constante de que se aleje de mi aún llega por la noche robándo
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