—¿Qué? —musité, fingiendo que no lo escuchaba.—¿Por qué quisiste salir conmigo, si antes no querías verme? —estrechó los ojos.Era buena pregunta y tenía que contestar de forma amable, si por mi fuera, le habría dicho: “Mejor cállate, di que te invité para que no estuvieras solo como un marginado social”—Es una simple fiesta. Aparte, quiero que nos llevemos mejor, no me gusta estar peleando por todo, Aitor —respondí, mirando distraídamente por la ventana.En parte era cierto, no me gustaba pelear, pero él siempre me provocaba. No era que quería estar más tiempo a su lado, claro que no.—Vaya, qué cambio. ¿No será por lo de la apuesta?¡Rayos! No se había olvidado de ella, lo que me hizo pensar, ¿qué estará planeando para ganar? No lo sabía, pero yo era la que haría la primera jugada. —¿Qué apuesta? —pregunté con mi mejor cara de “¿Qué demonios es eso?” No qu
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