Yo no lo estoy menos, sobre todo por el hombre vestido de blanco que camina hacia nosotros con una enorme sonrisa. Al fondo del área de descanso, donde ayer había un enorme sofá, ahora hay una mesa blanca con dos sillas en frente, decoradas con flores, y, atrás, más sillas, alineadas y algo apretadas entre sí.—¿Qué haces aquí Spencer?—Queremos que se casen —dice Amy, con esa inocente mirada.Levanto mis cejas, pero es lo único que puedo mover. Esto es algo que no me esperaba de ellos. Esto es lo que quiero, que Sarah sea mi esposa, han sido muchos años, pero… Ni siquiera tengo un pero que sea creíble para mí. Eso me da risa.Sarah mira rápidamente a nuestra espalda cuando escucha chillidos, las mujeres parecen emocionadas, todas en este lugar, excepto ella.Rio con ironía y niego.—¿Podemos ha
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