XXXVI. LO QUE FUI, LO QUE SOY Y LO QUE SERÉ
Recuerdo haber visto a mi padre, a mi hermano, a Leo y a Dan mirarme llenos de preocupación, luego de eso todos sonrieron y gritaron mi nombre, desesperados, cuando mis ojos volvieron a cerrarse.Después de eso todo había sido una inmensa y aplastante oscuridad que me asfixiaba. Todo era oscuridad y ese maldito frío que me congelaba alma y cuerpo.Sentía como si flotara en la nada, en una oscura y angustiosa nada. Cerré los ojos, no tenía caso dejarlos abiertos y, aun así, no podía ver nada. Cerré los ojos pensando que sería el fin, pero no fue así. Fue el inicio de una tortuosa situación.A pesar de haber creído, cuando me encontré con mamá, que podía volver a la vida por la felicidad que nunca tuve, me encontraba ahora en el recuento de los daños, el inventario de lo que, hasta ese momento, había vivido: lo bueno, lo malo, lo peo
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