DaniSinceramente, Nathan no estaba del todo equivocado cuando decía que mi profesor de filosofía estaba siendo poco profesional al darme su número e invitándome a salir. Sí, por supuesto que me parecía atractivo, tenía un color de ojos tan llamativo y una postura demandante que me provocaba atracción, además de su forma de hablar, sonreír, y la simpatía que nos brindaba a todos en las clases. Tenía momentos en los que se ponía serio, en los que su mirada era sumamente penetrante cuando te miraba fijamente a los ojos, pero la amabilidad era parte de su persona, y la seriedad y lo simpático, para mi gusto, van muy bien de la mano. Sin embargo, esto que estaba pasando me tenía algo asustada, no incómoda, pero sí asustada. ¿Por qué? Porque no quería terminar cayendo ante los encantos de Stefan, quien tenía todo lo que
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