—Pobre de ti —exclama Anny bostezando—, a mí se me quitó hace dos semanas, soy libre aún.—Cállate, que no estoy muy bien que digamos, tengo tantas cosas dándome vueltas en la cabeza.—Mejor dicho, hagamos silencio las dos, la cabeza me va a estallar —dice Anny sobando su frente.Entro al baño y me coloco un tampón, salgo y le digo:—Sí, durmamos un poco, solo un poco más —digo recostándome en mi cama.{...}—¿Pero qué diablos...?Abro los ojos, Anny se está levantando de su cama, tiene los cabellos desordenados, parece una loca después de una gigantesca pelea.—Nos acostamos hace cinco minutos, y ya nos tenemos que levantar, odio trabajar para vivir —dice ella.—Somos dos, aunque pronto me iré de aquí y no tendré que trabajar más nunca, por fin —murmuro.—Hablando de eso, ¿cuanto tiempo falta para...?—¡Llegué! —grita Karen, interrumpiendo nuestra conversación. <
Leer más