Solo, vacío, no había absolutamente nadie en aquel cuarto. ¿Qué demonio?Los vellos de la nuca de Vladek se erizaron. Entró a la habitación, la cama algo desordenada no había sido usada pero no tenía su olor. Por el contrario, la silla a un lado estaba aún caliente. La vieja cortina se agitaba violentamente por la lluvia dejando ver la ventana sin persianas, simplemente un agujero sin nada de seguridad. Se gruñó así mismo, había sido muy descuidado.-Izen- solo murmuró con un tono grave, en menos de un minuto el lobo menor aparecía por la puerta con los ojos rojos pero agitando la cabeza para quitarse el sueño. No era normal que lo llamara de aquella forma.Pero cuando fue a hablar también notó la habitación vacía. Su rostro palideció.-Le juro que la dejé sentado allí mismo- señal&oa
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