Habían pasado 36 horas sin saber de la pequeña, lo que era normal, ya que éramos prácticamente desconocidos, pero quería saber si estaba bien, si es que los tipos habían vuelto y si es que recordaba algo. Sin embargo, mantuve bajo control mis impulsos de ir a su casa, ya que era lo único que sabía de ella con certeza. No había sido fácil, pero Stefan me había dicho que debería mantenerme lejos de ella, al menos si quería que estuviese a salvo. Su inmunidad a nuestras habilidades a excepción de algunas la hacían peligrosa a pesar de ser una simple humana, sin mencionar, que podría ser confundida por un mestizo y si ese es el caso, su vida estaría en peligro. Terminé de firmar un par de papeles y me dirigí a la cafetería que se encontraba frente a la entrada del ed
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