Lucrecia vio a Alonso, tenso, viendo. Max, su novia se acercó al grupo y le dio un beso en la mejilla, era alta e impresionantemente guapa, no le sorprendía que tuviese dos novios. Quizá… solo quizá ella necesitaba tener dos hombres ocupándose de su cuerpo… pero Alonso no parecía del tipo que estaría de acuerdo con eso. Necesitas dejar de sumar a Alonso en tu vida, se dijo mientras le veía con pena. —Vecina… estamos esperándote cuando quieras. Apunta mi número. —Apunta el mío, es que lo apagué porque un hombre me insultó. —¿Alonso? —dijo Max. —No la insulté. Discutimos. —Alonso vio a Lucrecia con los ojos entrecerrados y a Max con los brazos cruzados. —Tuvimos una conversación de pareja. —No somos una pareja. —Bueno, siempre que la meto dos o más veces en un lugar estoy en una relación L u c r e c i a. —A mí tienes que pedírmelo A l o n so. Maximiliano vio a Alonso y le dio un golpe en la cabeza, porque él
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