El día había pasado lento y pesado para el joven. Su madre, aún molesta por los comentarios hacia su primo, apenas le había dirigido la palabra, pero no pensaba cambiar de opinión en cuanto a él.La ventisca, soplando tan fuerte que la misma casa temblaba, separaba los escasos cien metros de su casa a la de Yadira, con una fuerte corriente de aire, nieve, y algún que otro objeto que, no tuvo otro destino que ser arrastrado por las gélidas y nevadas ventiscas de Alaska.- Sigo pensando que no es buena idea salir, aunque vayas aquí al lado.- La tía Lines intentaba convencer a Raúl.- hace años un chico salió para recoger una carta del buzón, y desapareció.- No pasará nada tía, solo debo andar recto.Se decidió a abrir la puerta, y un enorme montículo de nieve bloqueaba la entrada. De ese modo era imposible salir.- Llama a tu amiga y dile que no vas, para que no te esté esperando.Raú
Leer más