CAPÍTULO 55. NO ESTÁ TODO DICHO
Después de algunos días, se había convertido en algo normal ver pasar a Mía como una sombra. Siempre buscaba la manera de dejar a Liam un rato con Alessandro para que pudiera disfrutarlo, pero cada vez que Leo llegaba se aseguraba de desaparecer hasta que se hubiera ido.Primero a Leo le había parecido gracioso. Después le había preocupado. Luego se había puesto incómodo y finalmente le había costado, pero se había dado cuenta de que Mía no quería estar cerca de él. No quería hablar con él, no quería entender, escuchar o arreglar nada. Ni siquiera se había tomado el trabajo de preguntarle por qué se había mudado a la villa de al lado, como si nada le importara.La única constante era que cada vez que amanecía, la veía regresar de aquel muelle, con el monitor para escuchar a Liam en una mano y una
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