Lucy Al despertar, siento como si hubiese ido a la guerra dos veces y luego a bailar el vals de la muerte, aunque mi cuerpo estuvo en una terrible batalla anoche, literalmente hablando, estoy segura de que me veo tan fatal como me siento. Mi garganta raspa, seca y adolorida; trato de mover las piernas poco a poco, las siento entumecidas al igual que mis brazos, pero lo que más me preocupa es el dolor en mi costado izquierdo y en mi cabeza, que me impiden moverme con la agilidad de siempre. Se ha desquitado conmigo como si fuera una pera de boxeo. No menciono nada de mi entrepierna, no es nada que no me haya hecho antes.Anoche durmió abrazado a mí como siempre, lo sentí aferrado a mi cintura con mano de hierro, pero procuraba no hacerme más daño, consciente de mi mal estado, y temblaba. Me acarició para calmar mi llanto y aplicó cremas para las marcas y heridas que él mismo ca
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