Su vida, su rutina, sus reglas.Todo lo que conocía como su vida llegaría a su fin. Quizá se lo hubo imaginado un par de veces, pero no pensó que el día en que saliese de detrás de bambalinas, revelar su identidad, estaría tan cerca. Tal vez, incluso, al exponerse ante sus lectores, su fama cayese en picado si se diesen cuenta de que él no era la persona que, de seguro, la mayoría se habían imaginado. Él distaba olímpicamente de ser una persona elocuente, social, extrovertida, risueña… No, no era esa clase de persona. Sabía cómo era la sociedad, era consciente de que posterior a que todo se exhibiese, de que su identidad se revelase, vendrían consigo las consecuencias.Habituado a las críticas que leía sobre sus libros y, sobre todo, como escritor, como persona arraigaría un desenlace completamente diferente una vez William Norba s
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