—En tus sueños, ni loca me iré contigo —frunció la boca al escucharme—. Estás demente, te conozco hace un poco más de un día, eres un extraño para mí aún.—No te estoy preguntando si quieres o no —las palabras salieron disparadas de su boca. Iba a protestar, pero me interrumpió—. Deja a Ardat en su casa y después nos vamos a la mía.—Mi nombre real es Chyler —mi amiga lo corrigió, pero Mikkel la ignoró por completo.—Súbanse al auto, yo las sigo.Me acerqué a él furiosa, puse mi mano sobre su pecho y le di un empujón que apenas lo movió.—¿No entiendes? No me iré contigo, Hummel.Caminé unos centímetros, pero me retuvo del brazo, obligándome a hacerle frente.—No me hagas enojar, no te conviene —sol
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