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Todos los capítulos de ¿Te Quedas Conmigo?: Capítulo 31 - Capítulo 39
39 chapters
Capítulo 30 – Un viajecito movidito.
Tenía los ojos cerrados, mientras sentía sus caricias en mi rostro, y escuchaba música de fondo, de la televisión que estaba puesta.- ¿Duermes? – preguntó. No contesté - ¿Sería una locura si quiero que vengas conmigo a casa? – preguntó – Quiero presentarte a mi madre, pero al mismo tiempo estoy aterrado, porque no quiero que tengas problemas en el bufete, por mi culpa.Acerqué mi boca a la suya, aún con ojos cerrados, besándole, antes de contestar.- Iré contigo a tu casa, si tu vienes conmigo a la mía – dije, casi sin pensar, abriendo los ojos de golpe, tan pronto como lo escuché. Él rompió a reír, durante un buen rato.- ¿Ya no tienes miedo de que la sociedad se entere de esto? – quiso saber. Asentí. Tenía miedo. Por supuesto que lo tenía.- Tengo miedo – admití, cerrando los ojos, volviendo a abrirlos lentamente.- Seré cauto – me calmó. Sonreí, porque él usaba palabras demasiado difíciles para alguien de su edad – no dejaré que nadie se entere.- ¿Sabes qué es lo que me da aún más
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Capítulo 31 – La infidelidad.
Y aquí otro capítulo más.El último que subiré hoy. Mañana habrá más.Por cierto. Les quería comentar... quedan 6 capítulos para que termine el libro O.o Acabo de darme cuenta hoy xDEstaba histérica aquella tarde, vistiéndome en mi habitación. Acababa de ponerme las medias y el liguero, cuando mamá entró, sin tan siquiera llamar a la puerta. Ni me inmuté, la ignorancia siempre funcionaba bien con ella.- Tu padre me ha dicho que vas a salir – me dijo. Caminé por la habitación, agarré el vestido negro y me lo coloqué, sin tan siquiera echarle cuenta - ¿por qué te estás arreglando tanto, has quedado con un chico? – me acerqué al espejo y comencé a maquillarme – María Helena, habla conmigo, ¿es que nunca vas a perdonarme? – dejé de echar sombra, y miré hacia ella.- No – contesté, volviendo a prestar atención a mi maquillaje, difuminando aquí y allá, hasta lograr el efecto deseado.- Ni siquiera me dejaste explicarme y te fuiste – insistió, deteniéndose junto a mí, frente al espejo – lo
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Capítulo 32 – Hay cosas que deben hacerse.
Estaba en su coche, de camino al puerto, miraba por la ventanilla, mientras el viento me daba de lleno en la cara, cerré los ojos, y su risa invadió mis oídos, era un recuerdo, un maravilloso recuerdo que hacía que me doliese el corazón. Nunca volvería a escucharla.Se detuvo en el mirador, sorprendiéndome, pues pensé que iríamos al puerto. Estábamos en un lugar incluso más alejado. Quizás pensó que de esa forma no podría escapar.Salí del coche, tan pronto como él se giró, dispuesto a hablarme, me toqué los brazos dándome cuenta de que había refrescado. Se dejó caer en el capó del coche, y agarró mi mano para atraerme hasta él.- No – le dije, echándome hacia atrás. Se elevó y caminó hacia mí, intentando coger mi mano entonces, pero me aparté.- No ha pasado nada entre ella y yo – insistió, como si estuviese adivinando lo que sucedía. Negué con la cabeza, incapaz de poder aceptar eso como una excusa.- Lo he visto, Ares – contesté – así que no te atrevas a ...- Ese beso no ha signifi
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Capítulo 33 – Lo mejor para él.
Estaba en mi cama, dando vueltas en ella, sin poder conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en él. Estaba en su cama, con él mirándome, esos hermosos ojos azules que me tenían tan tremendamente cautivada, sonriéndome, mientras yo acariciaba su cabello. Mis lágrimas seguían saliendo, sin que pudiese hacer nada por detenerlas, ante la terrible realidad que me golpeaba. Él ya no era mío, nunca lo había sido, y nunca lo sería de nuevo. Dolía, dolía muchísimo. No podía aceptar la idea de no poder volver a despertar a su lado, con esa mirada sobre la mía, con esa sonrisa, con su risa, ese guiñe de ojo que me volvía loca, sus caricias, su mano entrelazada a la mía. Un sonido en la puerta me hizo limpiar mis lágrimas con rapidez, y poner atención a lo que ocurría. - Nena – me llamó mi madre. Me hice la dormida – ¿ya estás en casa? – insistió – Me tenías preocupada... - entró en la estancia, observando el vestido sobre la silla - ¿qué ha pasado? – se sentó sobre la cama, y apoyó su m
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Capítulo 34 – No.
Tumbada en la cama, aún en ropa interior, sin querer vestirme, escuchaba la voz de Will, a lo lejos, hablando por teléfono, mientras yo chequeaba mi teléfono, tenía algunas llamadas perdidas de Pit, y algunos mensajes de Charles.Charles:"No te olvides de la fiesta de esta noche, en el bufete. No hagas planes con el bueno de Will, y tráelo de una vez para que lo conozcamos. Así Victoria dejará de molestarme con que hay algo sospechoso en nuestra relación"Las cosas habían cambiado demasiado en poco tiempo, tengo que admitir. Para empezar Marks había dimitido, después de hacer algo que molestó mucho a nuestro jefe, lo cual nunca me enteré que fue. Khol había vuelto al bufete, de hecho, esa era la razón de la fiesta de esa noche.Habían pasado tres meses, y yo seguía huyendo de los sentimientos, evitando pensar en aquel que me hacía daño, sin querer empezar nada nuevo con nadie, a pesar de lo mucho que Will insistía porque fuésemos mucho más. Yo aún no estaba preparada para empezar una
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Capítulo 35 – El egoísta.
Aquel día tenía una resaca del demonio, aun así, me marché a trabajar, tenía un caso de corrupción que investigar en la oficina. A pesar de eso, no pude dejar de abrir la boca, estaba cansadísima, apenas dormí nada la noche anterior.A la hora del tentempié me tomé varios cafés, ni siquiera pude tomarlos con Peter, pues él estaba reunido con Charles. Tan sólo esperaba que no fuese nada grave.Subía en el ascensor hacia mi planta, mientras chequeaba los mensajes, tenía uno de Will.---Will:Siento lo de anoche, me comporté como un capullo. Sólo quiero que sigamos como hasta ahora, conociéndonos, sin ponerle etiquetas.---Comencé a responderle, de camino a la oficina, levantando la vista antes de haber enviado el mensaje, encontrando allí a Ares, apoyando en la pared, ladeando la cabeza para mirarme, haciendo que dejase caer las manos, totalmente sorprendida de verle allí.Me lamí los labios, nerviosa, sin atreverme a dar un paso más, mientras él apretaba los puños, molesto, al mismo t
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Capítulo 36 – Te quiero.
Bueno... he pensado que como quedan ya tres capítulos para que termine... los voy a subir ya todos del tirón y ya terminamos con la espera, además también teniendo en cuenta que mañana w*****d estará cerrado por unas horas.Les subo otro capítulo.Acababa de cenar un delicioso queso con uvas, con mi copa de vino, justo iba a echarme otra, cuando mi teléfono comenzó a vibrar. Tenía un nuevo mensaje.---Will:Preciosa, ¿cómo ha ido tu día? Siento haber estado desaparecido, tuvimos reuniones durante todo el día. Mañana me iré a Canadá, a ese viaje de negocios del que te hablé. Espero volver a verte cuando vuelva.Yo:Por supuesto que nos veremos. Pásalo bien, y disfruta.---Una ventana emergente apareció de pronto, tapando la conversación anterior.---Ares:Siento lo de hoy, siento que hayas pensado que quería usarte... Nunca te he usado, eso era lo que quería decirte... pero termino pensando en miles de otras cosas que me gustaría poder decirte, cosas que al final terminaré callándome
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Epílogo.
Le miré varias veces, desde la barra, justo cuando la tal Pisci le agarraba de la cintura, acercándose demasiado, él lució, despreocupado.- No me gusta la forma en la que ella te mira – susurró, haciendo que él se fijase en mí. Sonreí, bajando la mirada un momento.- ¿Cómo me mira? – quiso saber.- ¿Cómo si fueses de su propiedad? – contestó ella. Sonrió, divertido, justo cuando llegaba hasta ellos, siempre dejando distancias para no inmiscuirme demasiado.- ¿En serio? Lena – me llamó, justo cuando hube llegado hasta ellos, con mi copa en la mano, haciendo que los demás pusiesen sus ojos en mí, me incomodaba, terriblemente – Pisci dice que me miras como si fuese tuyo – sonreí, al darme cuenta de lo que pretendía - ¿es cierto?- Sí – contesté, haciéndole reír. Nadie entendía nada, excepto nosotros. La lluvia de nieve comenzó a caer sobre nosotros, tenían fiesta de la espuma, y parecía que estaba nevando, literal. Levanté la mano, sintiendo como los copos caían sobre nosotros. Eran copo
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Extra.
Estaba agradecida de que fuese sábado, porque no quería hacer nada más que mirarle, mientras él me contaba lo entusiasmado que estaba con su negocio, era un verdadero gozo oírle hablar así.- ¿Me estás oyendo? – preguntó, de pronto, haciéndome sonreír. Levanté la mano, apoyando el codo sobre el suelo, para luego sujetarme la cabeza con ella. Dirigí entonces, mi mano libre a su barbilla, y la acaricié.- ¿Sabes lo preciosa que es tu boca cuando hablas? – sonrió, divertido, guiñándome un ojo, para luego besar mi mano. Acaricié sus labios – y lo mejor es que estos labios son míos – rompió a reír, al escuchar aquello.- ¿Cuándo vuelve Will de su viaje? – quiso saber. Perdí la sonrisa en ese justo instante. Bajé la mano y me mordí el labio, nerviosa – si necesitas que esté contigo o ...- Quiero hacerlo yo – le contradije – cuando vuelva, el miércoles, se lo contaré.- Le contarás que estás con el chico de veinticuatro años más sexy de toda la ciudad, ¿no?El timbre de la puerta sonó, hacié
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