Abro mis ojos, sintiéndome libre de ese oscuro pozo sin fondo. Soy consciente de que sólo puedo mover mis ojos y que estoy en un lugar que no conozco. Estoy muy confundida y tengo miedo, no sé dónde estoy, pero no he visto una luz más hermosa como la que acabé de ver. La luz que me demuestra que al fin salí de allí, que estoy viva. Una luz que, así como me confunde, me alegra. Observo mi alrededor y veo un techo blanco y también paredes blancas. Un ligero pitido se escucha a mi lado y el lugar huele a algo ligeramente podrido. Mi subconsciente me pide a gritos que me levante, que me mueva, que haga algo, pero mi cuerpo no responde. Es tan frustrante. Estoy cansada, ya no quiero estar aquí. Sigo tratando de moverme, de decir algo, de hacer algo, pero es imposible. No entiendo qué está sucediendo y por más que intento tratar de reconocer el lugar dónde estoy, no puedo. No siento mi cuerpo y el sonido a mi lado me está deshabilitando. Estoy entrando en pánico. No sé cuá
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